martes, 10 de julio de 2012

El camino a Cristo, enseñanzas anti bíblicas.




Estas son declaraciones anti bíblicas del libro: El camino a Cristo, escrito por Elena de White, fundadora de la iglesia adventista del séptimo día.



Párrafo 1


Cuanto más estudiamos el carácter divino a la luz de la cruz, más vemos la misericordia, la ternura y el perdón unidos a la equidad y la justicia, y más claramente discernimos pruebas innumerables de un amor infinito y de una tierna piedad que sobrepuja la ardiente simpatía y los anhelosos sentimientos de la madre para con su hijo extraviado. (Pág.12)


Lo que dice el párrafo es anti bíblico. Nadie comprende la justicia de Dios estudiando la biblia ni el carácter divino. La justicia divina sólo puede ser comprendida poniendo en práctica la palabra de Dios.


“Cuanto más estudiamos el carácter divino”


La autora no creía en la existencia de iglesias engañadas, para ella, sencillamente todas eran ignorantes de la verdad por falta de estudio. Seguramente Elena de White tampoco creía que el falso profeta o el espíritu del anti Cristo pudieran engañar a los cristianos que estudian la biblia a la luz de la cruz.


“pruebas innumerables de un amor infinito”


Lo que dice ese párrafo es otra mentira. En la biblia no se podrán encontrar pruebas de que Dios exista, tampoco hay pruebas de que Dios sea amor, menos aún de que su amor sea infinito.

Los cristianos engañados sí existen, ellos podrán pasarse la vida estudiando el carácter divino y aun así no comprender en absoluto el perdón y la justicia divina, sin embargo el párrafo pretende negar eso y hacerles creer a los miembros de la iglesia de la autora que no están engañados, puesto que se la pasan estudiando el carácter divino.


Párrafo 2


Al revestirse de la naturaleza humana, Cristo eleva a la humanidad. (Pág. 12)


Esta es una creencia anticristiana, ya que no reconoce que Cristo fue un hombre verdadero. Señala la humanidad de Cristo como un disfraz o vestimenta.

eleva a la humanidad” es una enseñanza engañosa, porque la humanidad elevada, según la biblia, podría ser vanidad.
Un cristiano que se considere elevado gracias a Cristo, no es otra cosa más que un soberbio espiritual, y puede que no lo sepa.


“Alaben el nombre de Jehová, Porque sólo su nombre es elevado; Su gloria es sobre tierra y cielos.” (Salmos 148:13)

“El limpio de manos, y puro de corazón: El que no ha elevado su alma a la vanidad, Ni jurado con engaño.” (Salmos 24:4)


Párrafo 3


El hombre que manifiesta un descreído atrevimiento o una impasible indiferencia hacia la verdad, no está sino segando la cosecha de su propia siembra. En toda la Biblia no hay amonestación más terrible contra el hábito de jugar con el mal que las palabras del hombre sabio, cuando dice: "Prenderán al impío sus propias iniquidades'
(Proverbios 5: 22).    (pág. 29 y 30)


Este párrafo es un ejemplo de una de las tantas formas de engañar que utilizaba Elena de White, entremezclar varios conceptos para hacer creer que se tratan de la misma cosa. Una mezcla tal, logra que pasen desapercibidas un montón de mentiras.

Primera mentira: descreído atrevimiento hacia la verdad o impasible indiferencia hacia la verdad, no son características propias de alguien que juega con el mal, como la autora quiere hacer creer. Los engañados podrían estar frente mismo a la verdad y aun así mostrarle indiferencia, eso es porque no la ven, aun buscándola.

Segunda mentira, un impío y uno que juega con el mal, tampoco son necesariamente la misma persona como el párrafo quiere hacer creer.

Tercera mentira, los indiferentes a la verdad no están cosechando su propia siembra como asegura el párrafo. Por el contrario, puede que la culpa la tengan los cristianos que le engañaron. 

Contrariamente a lo que creía la autora, las falsas doctrinas están llenas de personas que con sinceridad buscan la verdad pero no la encuentran. Otros creen, también con sinceridad, que la han encontrado, eso es por razón del engaño. Esos también muestran una impasible indiferencia hacia la verdad. Esos también son impíos.

Aparentemente, la autora no quería que sus adeptos tomaran el tema del engaño enserio, por eso no lo mencionaba nunca, eso era para que no se dieran cuenta que eran ellos los engañados.
De hecho ese es el único objetivo de ese párrafo, hacer creer a los adventistas que están en lo correcto, ellos no creen ser indiferentes a la verdad, por eso creerán haberla encontrado.

Es posible que esos que muestran un “descreído atrevimiento” lo hagan por culpa de esos cristianos engañados que hablan como si no lo estuvieran. Puede que su rechazo hacia la verdad sea sólo un intento de no convertirse en uno más de ellos. Entonces no es culpa de ellos como insinúa la autora.

El apóstol San Pablo es una prueba de lo equivocada que estaba la autora. Antes de convertirse en seguidor de Cristo, perseguía a los cristianos, perseguía a la verdad misma. Pero él no estaba “segando la cosecha de su propia siembra”, como creía la autora, sino que estaba engañado.

La biblia tampoco está de acuerdo con la autora:


“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque recorréis el mar y la tierra para hacer un prosélito, y cuando llega a serlo, lo hacéis hijo del infierno dos veces más que vosotros”. (Mateo 23:12)


“¡Ay de vosotros, intérpretes de la ley!, porque habéis quitado la llave del conocimiento; vosotros mismos no entrasteis, y a los que estaban entrando se lo impedisteis”. (Lucas 11:52)


Párrafo 4


Cristo está pronto para libertarnos del pecado, pero no fuerza la voluntad; y si por la persistencia en el pecado la voluntad misma se inclina enteramente al mal y no deseamos ser libres, si no queremos aceptar su gracia, ¿qué más puede hacer? Hemos obrado nuestra propia destrucción por nuestro deliberado rechazo de su amor.
 "¡He aquí ahora es el tiempo acepto! ¡He aquí ahora es el día de salvación!" (2 Corintios 6: 2). "¡Hoy, si oyereis su voz, no endurezcáis vuestros corazones!" (Hebreos 3: 7,8). (pág. 30)


El párrafo niega la existencia de personas que no conocen la verdadera libertad cuando dice:

“no deseamos ser libres”

La autora directamente asume que los esclavos del pecado han elegido esa esclavitud. Eso es mentira, un esclavo no conoce la libertad, por lo tanto no puede elegir tenerla o no.

¿Cómo puede alguien no desear ser libre si todavía no conoce la libertad?

Todavía no ha aceptado a Cristo y por consiguiente no conoce la libertad.

El error es elemental, la autora en sus escritos ha ido reemplazando la acción de “creer” por “decidir”. Aparentemente la biblia está equivocada, ya no hay que creer en Cristo, hay que decidir aceptarlo.

El argumento es el mismo que en el párrafo anterior, pero ahora se puso aún más grave la situación, los incrédulos ahora no solamente tienen la culpa de su condición sino que ahora han obrado su propia destrucción.

El párrafo de Elena de White dice:


“la voluntad misma se inclina enteramente al mal”


“no queremos ser libres”


Es incoherente acusarle a alguien de rechazar a Cristo, sabiendo que no puede aceptarlo porque su voluntad se inclina enteramente hacia el mal. También es injusto acusarle de no querer la libertad a alguien que no la conoce.

Una persona así no tiene más remedio, su voluntad “se inclina enteramente hacia el mal”. El párrafo refuerza esa idea diciendo: “hemos obrado nuestra propia destrucción”. Es decir que su condición actual está totalmente arruinada por culpa de lo que hiso antes.

Después menciona un versículo bíblico para apoyar su creencia.


"¡he aquí ahora es el día de salvación!”


En vez de apoyar lo dicho por la autora, eso lo contradice totalmente.
Ese versículo bíblico le da esperanzas a la persona, sin embargo la autora lo utiliza para reprochar a la persona por no haber aprovechado el día cuando tuvo la oportunidad.
Nótese detalladamente las palabras del versículo bíblico:


"¡he aquí ahora es el día de salvación!”


La biblia utiliza las palabras: aquí, ahora, es. En tiempo presente dice: “es el día”.
Sin embargo la autora dice: están cosechando hoy todo el mal que sembraron ayer, están arruinados, ni Cristo puede hacer nada: ¿qué más puede hacer Cristo?, dice.

¿Cómo puede ser hoy el día de una persona así?

Evidentemente la autora creía que las palabras de la biblia están vigentes para algunos, pero ya ha caducado para otros.

En otras partes del libro, la autora dice lo siguiente:


“Cuando Satanás viene a decirte que eres un gran pecador, mira a tu Redentor y habla de sus méritos. Lo que te ayudará será el mirar su luz. Reconoce tu pecado, pero di al enemigo que "Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores"(1 Timoteo 1: 15)”  (pág. 31)


En el primer párrafo, Elena de White dice:


 “no deseamos ser libres”

persistencia en el pecado”

“no queremos aceptar su gracia”

“la voluntad misma se inclina enteramente al mal”

“deliberado rechazo de su amor”

“Hemos obrado nuestra propia destrucción”

 Cristo no puede hacer más nada


No puede ser posible encontrar a un pecador más grande que ese. La autora está describiendo y afirmando que ese pecador no tiene más remedio, ni siquiera Cristo puede hacer nada por él.

¿O es Satanás el que lo está haciendo?


Párrafo 5


Los que no se han humillado de corazón delante de Dios reconociendo su culpa, no han cumplido todavía la primera condición de la aceptación. (pag.34)


¿Qué dice la biblia al respecto de la condición para ser aceptado?

¿Los pobres en el espíritu, es decir, los que tienen necesidad espiritual, no serán aceptados?


“Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5:3)


Los que están tristes, ¿serán aceptados?


“Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.” (Mateo 5: 4)


Finalmente hay que decir que, en parte, lo que dice Elena de White es verdad.


“Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.” (Mateo 5:5)


Si ser humilde es la primera condición, ¿Por qué está en tercer lugar en el sermón del monte? ¿Sencillamente está allí por no tener importancia su posición? ¿Por descuido, la biblia no tuvo en cuenta ese detalle?

La autora dice: “humillarse de corazón” “reconociendo su culpa”

La mujer adúltera, encontrada en pleno acto, que le fue presentada a Cristo, ¿no fue aceptada por Él? No solamente fue aceptada, sino que sus pecados le fueron perdonados sin que previamente se le haya requerido que reconozca su culpa.


“Incorporándose Jesús le dijo: Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado? Ella respondió: Nadie, Señor. Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.” (Juan 8: 10 y 11)


Párrafo 6


En la parábola vemos cómo será recibido el extraviado: "Y estando todavía lejos, le vio su padre; y conmoviéronsele las entrañas; y corrió, y le echó los brazos al cuello, y le besó' (S. Lucas 15: 18 - 20).
Más aún esta parábola, tan tierna y conmovedora, es apenas un reflejo de la compasión de nuestro Padre celestial. (pág. 48)


Se refiere a la parábola del hijo prodigo.

“Tierna y conmovedora”, es una opinión de la autora. Por ponerle calificativos a la palabra de Dios la rebaja a su propio nivel de entendimiento. Eso no debe hacerse.

Elena de White creía que la parábola del hijo pródigo enseña la compasión del padre celestial, eso demuestra que no entendió la parábola.

Decir “apenas un reflejo”, es manifestar la poca o ninguna fe que se tiene en la palabra de Dios, por no creer que esa parábola pudiera revelarnos los misterios del reino de Dios. Puede ser que para ella haya sido “apenas un reflejo”, pero esa no es la realidad de los verdaderos cristianos.

Jesús enseñaba con parábolas y muchas veces dijo: “El reino de los cielos es semejante a…”; seguido de una parábola.
Así Jesús explicaba con parábolas la naturaleza verdadera del reino.
Más que eso, la biblia dice que las parábolas enseñan los “misterios” del reino.


“Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas? El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”. (S Mateo 13: 10, 11)


Las parábolas, según La biblia, enseñan: “misterios del reino de los cielos”

Elena de White dice: “apenas un reflejo de la compasión de nuestro Padre celestial”

Solamente con este párrafo, se puede concluir, sin lugar a dudas, que Elena de White no tenía ni idea de cómo era el reino de Dios, y mucho menos los misterios que se le es dado a conocer a los verdaderos cristianos.


Párrafo 7


Jesús enseña la misma cosa cuando dice: "¡Permaneced en mí, y yo en vosotros! Como no puede el sarmiento llevar fruto de sí mismo, si no permaneciera en la vid, así tampoco vosotros, si no permaneciereis en mí....
Porque separados de mí nada podéis hacer' (S. Juan 15: 4, 5). Así también vosotros necesitáis del auxilio de Cristo, para poder vivir una vida santa, como la rama depende del tronco principal para su crecimiento y fructificación. (pág. 60 y 61)


Elena de White Pareciera no entender el significado de la palabra “nada”. El párrafo bíblico allí mencionado no dice nada acerca de un “auxilio” ni de una colaboración por parte de Cristo en la vida de un cristiano, tampoco habla de una vida santa.

Una persona que no conoce a Cristo, después de leer ese versículo bíblico podría plantear lo siguiente:
-He hecho muchas cosas en mi vida, soy una persona de trabajo, soy exitoso, mis logros son buenos y así ayudo a mucha gente también-.
¿Cómo es la biblia dice que no puedo hacer nada?
Por no poder contestar esa pregunta, pensará que la biblia miente. O tal vez creerá que no hay que tomarla literalmente.

Elena de White seguramente tampoco podía contestar esa pregunta. Ella no comprendió el significado de la palabra “nada”, sencillamente porque no conocía a Cristo. Entonces encontró una salida, un punto medio:

“necesitáis del auxilio de Cristo, para poder vivir una vida santa”

El siguiente es un párrafo extraído de la Wikipedia, se encuentra bajo el título: Falacia. Teniendo en cuenta lo que dice ese artículo, podríamos suponer que toda esa enseñanza de la autora es una falacia.


Falacia del punto medio o falacia del compromiso o falacia de la moderación: se genera al asumir que la conclusión más valida o certera es la que se encuentra siempre como compromiso entre dos puntos de vista extremos.
Esta falacia viene del hecho de que con frecuencia una posición intermedia o moderada suele ser correcta.
Es posible que lo considerado como extremo es en realidad el hecho cierto.
  • Ejemplo: «Algunas personas creen que Dios es poderoso y que todo lo sabe. Otras creen que Dios no existe. Parece ser razonable aceptar un término medio. Es decir, probablemente Dios exista pero no es siempre el más poderoso, el total omnisciente, ni el más bueno»


Párrafo 8


Cuando Cristo se humanó, se unió a sí mismo a la humanidad con un lazo de amor que jamás romperá poder alguno, salvo la elección del hombre mismo. Satanás constantemente nos presenta engaños para inducirnos a romper este lazo: elegir separarnos de Cristo. (pág. 64)


Una y otra vez, la autora ha ido reemplazado en todos sus escritos la palabra clave del cristianismo: “creer”, por otras: “decidir” y “elegir”.

Otra vez, el engaño pareciera no existir y la culpa es impuesta a los que no conocen a Cristo.
El párrafo menciona al engaño, pero descree de su efecto sobre las personas. Describe a un engañado como alguien capaz de hacer una elección libre, voluntaria y consiente. Lo describe como a alguien que ya ha hecho esa elección.

la elección del hombre mismo.”, es la frase clave del párrafo. La pregunta es: ¿esa elección es libre?

La biblia enseña que las personas a las que Cristo libera son verdaderamente libres. Evidentemente la autora no creía en eso, por eso habla de “elegir”.
Solamente una persona libre puede elegir. Sin embargo, la autora está pidiéndole a una persona, que aún no ha sido liberada por Cristo, que haga una elección libre. 

salvo la elección del hombre mismo”.

¿Y la ignorancia? ¿Y el engaño? Estar engañado no es una elección: es una forma de ignorancia. Es creer en una mentira sin saberlo, por tener apariencia de verdad.

Si lo que dice el texto fuera verdad, entonces la tarea de evangelizar ya no consistiría en dar a conocer las buenas noticias del reino de Dios, sino que consistiría en salir a tratar de convencer a la humanidad que desista de su postura y se retracte de lo que ellos han elegido, y que elijan a Cristo. De hecho es lo que hace la autora en todos sus escritos, convence a las personas, pero lo hace metiendo miedo, amenazando, persuadiendo, utilizando falacias y engañando.

Hay niños que nacen en villas miserias, algunos crecen en un entorno donde no se conoce a Cristo, maduran y crecen en un entorno hostil, tal vez en la droga o delincuencia, algunos mueren jóvenes. ¿Han elegido separarse de Cristo? No, no lo han hecho. Que poca compasión tenía Elena de White por ellos.

Hay muchísimas personas que creen conocer a Cristo, pero no lo conocen. Asisten a una iglesia cristiana y aun así no lo conocen. Estos están engañados, no es que hayan hecho la elección de separarse de Él.

Cristo dijo en la cruz:


“Padre; perdónalos porque no saben lo que hacen”. (Lucas 23:34)


¿Es que tal vez, Elena de White creía que es lo mismo decir: Padre; perdónalos porque han elegido no saber lo que hacen?

¿Elena de White creía que Cristo le mintió a Dios?


Párrafo 9


La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes bien nos eleva a él. (pág. 82)


Esa es una creencia anti bíblica, una blasfemia, una negación de la comunión con Dios a través de Cristo y como si todo eso fuera poco, posiciona a los que no oran en un plano inferior.
La autora no reconoce siquiera la veracidad de las palabras de la oración que Cristo enseñó: “venga a nosotros tu reino”.

no baja a Dios hasta nosotros

La autora niega que Dios nos haya enviado al Espíritu Santo, no cree que Cristo esté con nosotros, o en su defecto, no cree en la comunión con Dios a través de Cristo.


Párrafo 10


Dios quiere que el hombre haga uso de la facultad de razonar que le ha dado; y el estudio de la Biblia fortalece y eleva la mente como ningún otro estudio puede hacerlo. (pág. 98)


Este es un párrafo anti bíblico. No existe en toda la biblia ni un párrafo que apoye o siquiera insinúe esa idea: razonar.

“Dios quiere que el hombre haga uso de la facultad de razonar”

Es una frase muy engañosa. Primero, otra vez, les otorga la culpa a las doctrinas erróneas, insinúa que por causa de no razonar, están equivocadas, lo cual no solamente no es verdad, sino que es precisamente al revés.

Por otra parte, les hace creer a los que estudian la biblia razonando, que están en el camino correcto. Así se niega como siempre la existencia del engaño.


Párrafo 11


Si tenemos siempre presentes las acciones egoístas e injustas de otros, encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos ha amado; pero si nuestros pensamientos se espacian continuamente en el maravilloso amor y piedad de Cristo por nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con los demás. (pág. 108)


Huir: es otra enseñanza reiterativa de Elena de White. Muy al estilo Forrest Gump, los que crean en esa enseñanza se pasarán la vida huyendo de todo, en este caso, la autora incluso está enseñando a huir de uno mismo, de nuestros propios pensamientos.

El párrafo anterior enseñaba a razonar. Aquí se evidencia el error, porque es por razonar que se tienen siempre presentes las acciones injustas de los otros.
Llamativamente, el párrafo ahora enseña a dejar razonar. Ya no hay que razonar más, dice que hay que distraer la mente en otros pensamientos, contradiciendo la orden divina del párrafo anterior.

Si tenemos siempre presentes las injusticias de los otros es porque siempre los estamos juzgando, eso no hace un verdadero cristiano. Los que hacen eso deberían revisar su doctrina, pero nunca hacer lo que dice la autora, distraer el pensamiento en otra cosa.
Si tenemos siempre presentes las injusticias de los otros, es porque no conocemos la justicia de Dios, sólo conocemos la justicia de las personas. 
Si tenemos siempre presente las acciones egoístas de los otros, es porque nosotros somos egoístas también.

La biblia enseña a poner la otra mejilla, no a distraer o desviar el pensamiento. Ante estas situaciones, la biblia enseña a quedarse y enfrentar la situación.
Enfrentar la situación, evita justamente que haya ese tipo de cristianos que se creen verdaderos pero no pueden evitar juzgar a los otros y hallarlos culpable se ser egoístas e injustos.
Poner la otra mejilla sirve para enmendar nuestros propios errores. El que nos abofetea es alguien que señala esas fallas. En este caso, ese egoísta nos está enseñando algo, nos está mostrando lo que nosotros somos.

¿Qué harán los que no pueden amar a los egoístas cuando se encuentren con un enemigo de verdad, o con alguien que los persigue para matarlos? ¿Huirán aún más lejos?


“Al que te hiera en la mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, no le niegues tampoco la túnica”. (Lucas 6:29)


La biblia enseña, o mejor dicho, ordena a enfrentar la situación. Elena de White enseña a huir de ella. Para colmo dice que hay que hacerlo recurriendo a los pensamientos. Eso no es renunciar a uno mismo, es recurrir a uno mismo.


“Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. (Mateo 16:24)


Párrafo 12


Entonces los redimidos serán recibidos con gozo en el lugar que Jesús les está preparando. Allí su compañía no será la de los viles de la tierra, mentirosos, idólatras, impuros e incrédulos, sino la de los que hayan vencido a Satanás y que por la gracia divina hayan adquirido caracteres perfectos. Toda tendencia pecaminosa, toda imperfección que los aflige aquí, habrá sido quitada por la sangre de Cristo (pág. 113)


Este es otro de los párrafos escritos por Elena de White que bien podría titularse: la gran esperanza.
No sólo la ausencia de las tendencias pecaminosas le daría un gran alivio a la autora, sino que también la ausencia de esos pecadores lo haría.
La sangre de Cristo salva a los pecadores, pero Elena de White no lo creía así, ella creía que esa sangre le salvaría a ella de los pecadores.
Esa era su esperanza, eso confirma que toda su vida reprimió sus tendencias pecaminosas e incluso reprimió el odio que tenía hacia la humanidad que hacía lo que ella no podía, en el paraíso sería librada de eso como premio.
El párrafo tiene como un aire de triunfo, no muestra esa situación como lamentable. No propone nada para hacer ahora para que eso no pase, no ofrece su vida por esos pecadores, no les tiene compasión, no le da pena, no parecieran tener esperanza de salvarse, ni ella parecía tener esperanza de hacer algo para cambiar la situación. Disfruta por adelantado el momento en que esos pecadores a los que, seguramente repudia mucho, ya no estén.

¿Cuántos de esos viles de la tierra ha pasado hambre alguna vez sin que Elena de White le diera algo de comer? Igual se alegraba de que algún día ya no existirían.
¿A eso le llama esperanza, que ya no estén? ¿Por qué en vez de escribir ese párrafo no escribió una oración pidiendo tener la oportunidad de darles de comer o de vestir? ¿No se le ocurrió intercambiar su entrada al cielo por aunque sea uno de ellos?
Lo más llamativo del párrafo es la lista de los que ya no estarán haciéndole compañía:

“Viles, mentirosos, idólatras, impuros e incrédulos”.

Obviamente la lista está incompleta, no se podría pretender que en el libro aparezcan todas las formas de pecar. De todas maneras, es oportuno, agregar un par más de ítems a la lista.

Miedosos, ingenuos, culposos, serviles, reprimidos, distraídos, hipócritas, engañadores, dogmáticos, engañados, soberbios espirituales, los que tienen dudas no confesadas, los que juzgan a otros, los que no les dan de comer a los que tienen hambre, los que no aman a sus enemigos.
Aunque con haber mencionado a los engañados, ya hubiera sido más que suficiente.


Párrafo 13


Aun los niñitos se sentían atraídos hacia él. Les gustaba subir a sus rodillas y contemplar ese rostro pensativo (pág. 8)

Hablaba con el mayor tacto, cuidado y misericordiosa atención, en su trato con las gentes. (pag.9)

Habían rechazado al Salvador, mas él los consideraba con piadosa ternura. (Pág. 9)

Nunca fue áspero, nunca habló una palabra severa innecesariamente, nunca dio a un alma sensible una pena innecesaria. (pág. 9)


Todos esos párrafos se refieren a Cristo. Son formas de expresarse que contienen términos muy engañosos y mentirosos que utiliza la autora para elogiar a Cristo.

Los humildes no necesitan tacto ni gran tacto, ni “mayor tacto” para hablar verdades, menos aún Cristo.
La autora dice que Cristo le prestaba “misericordiosa atención” a la gente. La atención que Cristo tenía con la gente, era absoluta y total, llamarla: misericordiosa, es hacer una observación parcial y rebajarla demasiado.

El párrafo dice que Cristo “nunca dio a un alma sensible una pena innecesaria”, esa es una observación parcial, porque tampoco dio una pena innecesaria a un alma poco sensible. Nunca hiso nada innecesario.

La frase “nunca fue áspero”, es usada por la autora para hacer otra observación parcial de Cristo. Siempre que se estudie la vida de Cristo y sus enseñanzas, las observaciones parciales son falsas.

La frase: “piadosa ternura”, proviene de la imaginación de la autora. 

¿Cómo se hace para llamarle: hipócrita, a alguien con “piadosa ternura”?

¿Cómo se puede llamar a algunos: raza de víboras, con el “mayor tacto”?

¿Cómo se hace para decirle a alguien: hijo del diablo, “sin asperezas”?

¿Cómo se puede llamarle a algunos: sepulcros blanqueados, con “cuidado y misericordia”?


Comparemos todo esto con el siguiente párrafo:


“Hay muchos que tienen ideas muy erróneas sobre la vida y el carácter de Cristo. Piensan que carecía de calor y alegría, que era austero, severo y triste. Para muchos toda la vida religiosa se presenta bajo este aspecto sombrío”. (pág. 108)


Será por eso que la autora escribió todo eso acerca de Cristo, sería para refutar esa falsa imagen que se tiene de Él. Pero se fue al otro extremo. Lo describen como a un grande, adulándolo.

Todos los siguientes son atributos anti bíblicos:

 “rostro pensativo” (pág. 8)

“mayor tacto, cuidado y misericordiosa atención” (pag.9)

“Nunca fue áspero”. (pág. 9)

“piadosa ternura”. (Pág. 9)


Con todas esas frases, la autora intenta elogiar a Cristo. El siguiente párrafo bíblico cuenta el caso de una persona que intentó hacer lo mismo, elogiarlo:


“Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios”. (Marcos 10: 17-18)


La adulación es una injusticia. Engaña. Es despreciable siempre el adulón, aun cuando lo hace por una especie de benevolencia vulgar o por el deseo de agradar a cualquier precio. Racine, en Fedra, lo creyó un castigo divino: Detestables aduladores, presente el más funesto que pueda hacer a los reyes la cólera celeste.

                                         José Ingenieros  (El hombre mediocre)


Párrafo 14


No están dispuestos a esperar pacientemente hasta que Dios juzgue oportuno revelarles la verdad. Creen que su sabiduría humana sin auxilio es suficiente para hacerles entender las Santas Escrituras y, cuando no pueden hacerlo, niegan virtualmente su autoridad. (pág. 97)


El párrafo dice que algunas personas no encuentran la verdad por falta de paciencia. Predice que los que así actúan, negarán la autoridad o veracidad de la biblia.
Sin embargo la biblia nos da una enseñanza totalmente distinta y opuesta a la del párrafo.
Oportuno es recordar ese párrafo bíblico que la autora mencionó en el párrafo 4, el cual refuta la idea de que hay que tener paciencia.


"¡He aquí ahora es el tiempo acepto! ¡He aquí ahora es el día de salvación!" (2 Corintios 6: 2).


En principio hay que tener en cuenta que los que leen la biblia buscando la verdad son necesitados espirituales. Según la biblia, ellos son los dueños del reino de Dios. Según Elena de White, deben esperar pacientemente.


“Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.” (Mateo 5: 3)


La versión “Dios habla hoy” (biblia evangélica) dice lo siguiente:


“Dichosos los que reconocen su necesidad espiritual, pues el reino de Dios les pertenece”. (Mateo 5: 3)


Elena de White, seguramente leyó mal, ella entendió lo siguiente: Bienaventurados los pobres en espíritu que están dispuestos a esperar pacientemente, porque Dios en algún momento, juzgará oportuno revelarles la verdad.

Puede que el párrafo se refiera a aquellos que buscan en la biblia algo que les dé la razón a sus propias ideas. Buscan un apoyo bíblico a creencias que ya tienen, pero cuando no la encuentran, denuncian que la biblia no contiene la verdad.
También podría ser que se refiera a los que desde un principio no han reconocido su necesidad espiritual pero igual buscan a ver si encuentran alguna verdad.
Es verdad que todos esos tipos de personas existen, la enseñanza de la autora, en vez de enseñarles cómo deben hacer para encontrar la verdad, les dice que hay que esperar pacientemente, eso empeora la situación porque esos equivocados terminarán encontrando un apoyo bíblico a sus errores.

Este párrafo es un ejemplo más de una de las técnicas para engañar utilizada por la autora: el contraste engañoso.
Aquí se denuncia como errónea a la acción de buscar en la biblia sólo lo que se quiere encontrar. Luego se contrasta esa mala actitud con otra opuesta, esperar pacientemente la inspiración divina. Por ser esa otra acción opuesta a la errónea, quedará así como si fuera la correcta. Pero no, porque esos dos extremos son métodos incorrectos, usados astutamente por la autora para engañar.

La biblia enseña la manera de encontrar la verdad, un procedimiento que no tiene nada que ver con esperar pacientemente.
Únicamente los que pongan en práctica la palabra, encontrarán la verdad.


“Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”. (Santiago 1:22)

“Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca;” (mateo 7:24)

“Muchos me dirán en aquel día: ``Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: ``Jamás os conocí; APARTAOS DE MI, LOS QUE PRACTICAIS LA INIQUIDAD. Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” (Mateo 7: 22-24)

“Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida”. (Lucas 6: 47-48)


Párrafo 15


“La guerra contra nosotros mismos es la batalla más grande que jamás hayamos tenido. El rendirse a sí mismo, entregando todo a la voluntad de Dios, requiere una lucha; mas para que el alma sea renovada en santidad, debe someterse antes a Dios”. (El camino a Cristo Pág. 38)


Luchar contra uno mismo, dice la autora. ¿Qué significa? La situación podría verse de la siguiente manera: hay una parte de nosotros que quiere entregarse a Dios y otra no. El párrafo da a entender que la parte que quiere entregarse a Dios debe luchar una gran guerra contra la otra parte hasta vencerla.
La autora podría haber planteado otra cosa más pacífica. ¿Por qué en vez de proponer la guerra no propuso la paz? La parte que no quiere entregarse a Dios es la que declara la guerra, una posible solución sería en ir hasta esa parte y convencerla de que no pelee más.

Pero eso tampoco es enteramente correcto porque el concepto de la guerra es erróneo desde un principio. Esa parte que no quiere entregarse a Dios en realidad nunca hace una guerra ni pelea como insinúa la autora; al contrario: huye y se esconde. No quiere entregarse a Dios porque en Él hay verdad y la persona prefiere la mentira que es más cómoda por estar acostumbrada a ella. Huye porque tiene miedo de encontrarse con la verdad.


Párrafo 16


Tal vez alguno no podrá decir el tiempo o el lugar exacto, ni trazar toda la cadena de circunstancias del proceso de su conversión; pero esto no prueba que no se haya convertido. Cristo dijo a Nicodemo: "El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido, mas no sabes de dónde viene, ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu" (S. Juan 3: 8). Así como el viento es invisible y, sin embargo, se ven y se sienten claramente sus efectos, así obra el Espíritu de Dios en el corazón humano. El poder regenerador que ningún ojo humano puede ver, engendra una vida nueva en el alma; crea un nuevo ser conforme a la imagen de Dios. Aunque la obra del Espíritu es silenciosa e imperceptible, sus efectos son manifiestos. (El camino a Cristo pág. 50)


Es llamativamente ingenuo el error que se comete aquí. La autora confunde al Espíritu, con la persona que es nacida del Espíritu.
Ella dice que el Espíritu es como el viento. Pero la biblia dice que la persona es como el viento.



Refiriéndose a la persona, La biblia dice:

“No sabes de dónde viene, ni a dónde se va”

Refiriéndose al Espíritu, Elena de White dice:

“Es invisible, sin embargo se ven y sienten sus efectos”

Más allá de ese error, el concepto general de la enseñanza es totalmente erróneo:

“Tal vez alguno no podrá decir el tiempo o el lugar exacto, ni trazar toda la cadena de circunstancias del proceso de su conversión”

¿De qué parte de la biblia habrá sacado esa idea? De ninguna parte, eso no aparece en la biblia.
La conversión del apóstol Pablo, refuta lo dicho por la autora. Absolutamente todas las enseñanzas que Cristo dio con respecto a ese tema, refutan esa idea.


Párrafo 17


Es verdad que muchas teorías y doctrinas que se consideran generalmente derivadas de la Biblia no tienen fundamento en ella y, a la verdad, son contrarias a todo el tenor de la inspiración. Estas cosas han sido motivo de duda y perplejidad para muchos espíritus. No son, sin embargo, imputables a la Palabra de Dios, sino a la perversión que los hombres han hecho de ella. (pág. 97)

Este párrafo no parece estar intentando engañar, sin embargo comete un par de errores. Primero, no son los hombres los que pervierten la Palabra de Dios, sino Satanás.
Por otra parte, la biblia contiene verdades absolutas, en la persona de Cristo se encuentra la verdad, la verdad está siempre en el centro de todo, por lo tanto, cualquier punto de vista le queda bien. Es decir que sí, podemos imputarle a la palabra de Dios que tenga la característica de ser tergiversada. La autora intenta negar eso para convencer a sus seguidores de que, por estudiar mucho la biblia, no terminarán engañados.
Esa perversión que los hombres hacen de la biblia existe, de hecho son la mayoría. La solución a ese problema no consiste en sencillamente dejar de pervertirla, se soluciona haciendo lo que allí se enseña: escuchando la palabra de Dios y poniéndola en práctica.