jueves, 5 de septiembre de 2024

Dominarse a sí mismos. Enseñanzas del libro: Alza tus ojos

 

Los párrafos presentados a continuación pertenecen al libro: Alza tus ojos, escrito por Elena de White, profeta y pionera de la Iglesia adventista del séptimo día.

La autora enseña a su gente cómo debe comportarse un cristiano, pero esas enseñanzas no tienen ningún propósito práctico o alguna mínima utilidad


1 Hermana tentada

 

El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa qué cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: "Apártate de mí, Satanás". Puede decirle: "No debes colocarte entre mí y el alma por la cual morí como rescate". Está en Ud., mi tentada hermana, el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo” (pág. 40)

 

El sagaz engañador ha demostrado ser mentiroso, “pero no importa”, dice la autora. Debería haber dicho: -por eso no importa-, no “pero”.

Satanás podría haber aprovechado que era sagaz, para demostrar algo más útil para su causa, por ejemplo, que no era mentiroso. No debe ser tan fácil seguir siendo engañador después de haber demostrado semejante cosa.

Pero más allá de eso, a la autora le gustaba mucho tener el “escrito está”, como arma defensiva, contra todo el mundo. Sin embargo, justo cuando tiene la oportunidad de usarlo contra Satanás, que es como debería, no, ahí no. Le hace decir a Cristo, algo inventado por ella: “no debes interponerte”.

Se nota que estaba tan acostumbrada a decir siempre lo que se “debe” o no se debe hacer, que hasta le pareció apropiado que Cristo hiciera lo mismo con Satanás. Solo hay que imaginarse a Cristo diciéndole a Satanás, con cara de enojado y apuntándose el pecho con el dedo: -Yo, yo morí como rescate-.

La pregunta es ¿por qué no lo hace así? Porque la autora dice que puede hacerlo, pero no explica por qué no lo hace.

Deber ser porque Satanás, aparte de mentiroso, es desobediente y por eso no se aparta ni un centímetro. Por eso le dice: está en Ud. resistir a Satanás. Eso explica un poco la maldad que hay en el mundo.

Entonces, ¿por qué no lo dijo así y listo? Podríamos entonces modificar el párrafo, quedaría así:

-hermana tentada, no peque más-

O mejor aún, -hermana tentada, no moleste-.

 

2 Dominarse a sí mismos

 

Los que tienen a otros a su cargo deben aprender a dominarse a sí mismos, a abstenerse de proferir expresiones bruscas y censurar con exageración”.

Hay palabras cortantes que pueden ofender, lastimar y dejar cicatrices que han de permanecer en el alma. Hay palabras cáusticas que muerden como víboras”.

porque Satanás tiene más influencia sobre sus mentes que el Espíritu de Cristo.

No se ven el uno al otro bajo una luz verdadera y en forma imparcial, sino del modo más desfavorable. Al tratar de corregir el mal con un espíritu precipitado y malhumorado, se crearán dos males en vez de corregirse uno” (pág. 57)

 

La autora le dice a alguien que no está influenciado por el Espíritu de Cristo, que tiene que aprender a dominarse antes de ir a corregir a los otros.

Bueno sería que primero aprendiera a corregir a otros, porque eso no se soluciona solo dominándose, menos si está influenciado por Satanás y ni siquiera ve al otro bajo la luz verdadera. Si hasta hubiera sido mejor poner a los otros a cargo, para corregir a ese.

Aparte de eso, sacó mal la cuenta. Si una persona tiene el espíritu precipitado y quiere corregir a otro, ya son dos los males, el suyo y el que está por corregir. El otro quedará ofendido, suman tres. No dos, como dijo.

Tal vez quiso decir que se crearán dos males en la persona a corregir. Tampoco, porque se creará solo uno, el otro ya existía.

Entonces, no ve con la luz verdadera, no se domina a él mismo, utiliza palabras cortantes, utiliza palabras más peligrosas que una víbora, Satanás tiene más influencia sobre él que Cristo, es malhumorado, para colmo cree que puede corregir a otro, suman siete los problemas suyos.

Eso sumado al problema que quiere corregir, más el daño que hará en el intento, en total dan nueve. ¿Por qué dice la autora dice que hay que corregir uno?

De hacerle caso a la autora, todos esos que están más influenciados por Satanás que por Cristo, aprenderán a dominarse, a hablar con mucho tacto y así saldrán a apoyarse mutuamente.

Seguramente muchos lo han logrado y por eso ya no ofenden más a nadie. Otros, no lo han logrado del todo, por eso a veces se les sale el indio, o la víbora.

Por eso, cuando alguien quiere hacerle ver lo malo de su proceder, o le dice que no siga con doctrinas como esas que no llevan a la verdad; -lengua de víbora- contesta, con la mano en el pecho en señal de sinceridad: -el hecho que yo no lo haya logrado, no significa que mi doctrina no sea correcta-. Total: diez.

 

3 Fe adormecida

 

Se le permite a Satanás arrojar su sombra a través del sendero de los que tienen la fe adormecida a fin de que ésta sea despertada y pueda atravesar más allá de la nube y encontrar luz, valor y vida...” (pág. 70)

 

Antes dijo que Satanás había demostrado ser mentiroso, pero si ahora le arroja sombras para que encuentre luz, también va a demostrar que suele deshacer un trabajo que Él mismo ha realizado.

O tal vez la autora creía que era posible tener la fe adormecida por iniciativa propia sin la intervención de Satanás. Además, si tiene la fe adormecida, ya está del lado de Satanás, ¿por qué entonces habría de arrojarle sombras despertadoras de fe?

De hacerlo así, también va a demostrar que no se da cuenta que le están usando. A esta altura ya debería saber que cada vez que “se le permite” hacer algo, es casi seguro que le conviene al otro.

“Se le permite”, dice la autora que recurría al modo impersonal cada vez que necesitaba evitar ser específica. Claro, no quedaba bien si decía: Dios le permite.

 

4 Resultados desfavorables

 

El eslabonamiento de ciertos elementos puede producir resultados desfavorables. Es por eso que el hombre no puede confiar en su propio juicio. La experiencia lo convencerá de su error”. (pág. 46)

 

Por un lado, la experiencia lo convencerá del error, por otro, no puede confiar en su propio juicio. El solo intento de hacerlo, probará que eso es imposible.

Todo el contexto donde está ese párrafo es realmente confuso y no queda claro de qué está hablando siquiera. Ni siquiera dice a cuál error se refiere.

 

Si la voluntad del Señor ha de llegar a ser la nuestra, necesitamos desde el mismo principio conocernos a nosotros mismos. Podemos trazar planes basados en nuestras ambiciones personales y en nuestros propósitos egoístas”. (pág. 46)

 

¿Por qué mejor no renuncian a sí mismos como ordena la biblia? Así ya no habrá ningún propósito egoísta ni necesitarán métodos alternativos procedentes de la autora. Al menos debería haber explicado por qué creía que debemos conocernos a nosotros mismos, porque así pareciera estar explicando cosas que están sobreentendidas, es decir, no dice nada.

Tal vez quiso decir que si la voluntad Señor ha de ser la nuestra, primero debemos saber cuál es nuestra voluntad, a ver si coincide con la del Señor.

 

la primera gran pregunta es: ¿Cuál es la voluntad de Dios en este asunto?, pues su voluntad es mi voluntad”. (pág. 46)

 

Confirmado, era así nomás. Si con lo anterior parecía estar diciendo nada, esto parece demasiado. Sobre todo porque no puede confiar en su propio juicio.

 

El Señor puede ver que el trato de una persona con otras que tienen cierta disposición o carácter peculiares afectaría para mal a quienes se relacionaran con esa persona”. (pág. 46)

 

Entonces, esta persona trata con otras personas llamadas: peculiares. Seguramente quiso decir, mala compañía, o tal vez incompetentes para el buen trato.

Eso le afectará cuando se relacione con otras personas. ¿Eso es lo que el señor puede ver? Al menos debería haber explicado por qué es específica en eso, sabemos que el Señor puede ver todo.

 

Quizá no se halle entre quienes pueden razonar claramente de causa a efecto. Aquellos con los cuales se relacione podrían ser precisamente los que no le darían la ayuda que necesita”. (pág. 46)

 

Entonces, relacionarse con malas compañías, “afectaría” la relación con personas que no le “darían” la ayuda, porque “quizá” ni siquiera sean capaces de razonar.

“El señor puede ver”, dijo primero. “Podría no ser la ayuda”, dice ahora. Es decir, el Señor puede ver lo que cualquiera puede suponer.

La única explicación sería que, como esta enseñanza está dirigida a alguien que no se conoce a sí mismo, que no ve con quién está, que no puede confiar en su juicio y que todo está por verse, había que decirle todo esto con claridad porque es evidente que no se da cuenta de nada. Si hasta es posible que ni siquiera pudiera suponer lo anterior.

Aun así, no terminó de decirle qué tiene que hacer, no relacionarse con esa, o esas personas para que no le afecte o no afectarles, o qué.

Más adelante dice:

 

¿Qué debiera hacer esa persona? Su única seguridad consiste en colocar a un lado sus preferencias y planes, diciendo: "No se haga como yo quiero, sino como tú"... (pág. 46)

 

Si la única seguridad que tiene es: -que sea lo que Dios quiera-. Entonces es verdad que no se vale por sí mismo.

Sin embargo, si coloca a un lado las preferencias, terminará haciendo lo que dicen los otros, es decir, cometerá todos los errores que estaba tratando de evitar. Ahora, si coloca a un lado los planes, ahí no cometerá ningún error, porque no hará nada.

Tal vez quiso decir que habrá que detenerse para hacer ese pedido a Dios, después seguir. De ser así, entonces seguirá relacionándose con esas personas, aunque alguno quede mal afectado y todo lo que predijo.

O no, porque tal vez la autora creía que cuando se pone todo en manos Dios, nada saldrá mal. De ser así, el interrogante sigue siendo el mismo, por qué describe una situación tan específica, que incluye varios posibles resultados negativos, también específicos, si la solución es: -Dios sabrá-.

También dice:

 

¿Quién podrá dañarlo si es seguidor de lo que es correcto? Dios puede requerir que un hombre realice una tarea y ocupe una posición que es particularmente penosa y agotadora”. (Pág. 46)

 

La pregunta que hace, no tiene ninguna relación con lo que contesta, ni con lo que dice después, ni con nada de lo que dijo antes.

Antes dijo: “afectaría para mal”, solo Dios sabrá. Ahora, ya nadie le pude hacer daño, porque es seguidor de lo correcto. Tal vez, la respuesta esté en el siguiente párrafo, que está en otra parte del libro, pero en una de esas, puede servir:

 

La vida que vivimos por la fe en el Hijo de Dios, consiste en una serie de triunfos, no siempre percibidos y comprendidos por los interesados, pero cuyos resultados se proyectan hacia el futuro, donde veremos y conoceremos como somos conocidos”. (pág. 154)

 

Entonces era así nomás, habrá que seguir con esas relaciones y que sea lo que Dios quiera. Porque el resultado será, quién sabe.

 

5 Honesta

 

Nadie debe avergonzarse de una pobreza honesta”. (pág. 92)

 

La autora debería haber sabido que hay honestos y pobres por muchas razones, por ejemplo la pereza, el despilfarro, el miedo, la ignorancia, etc.

Tal vez sea honesto por cobardía, no se anima a delinquir. Todas esas son razones perfectamente compatibles con la honestidad. A esos, evitar sentir vergüenza no les será de mucha ayuda.

También dice que debemos aprender de Cristo:

 

Durante treinta años Cristo estuvo sometido a sus padres, y mediante el trabajo de sus manos ayudó a sustentar a su familia. De esa manera enseñó que el trabajo no es degradante sino que constituye un honor, y que es deber de todo hombre ocuparse en el trabajo útil y honrado” (pág. 92)

 

Cristo enseñó que el trabajo no es degradante ¿Por qué, porque se le ocurrió? Sacar ese tipo de conclusiones, solo porque parecen buenas, o porque suena bien decirlo así, para lo único que sirve es para que todo se vuelva poco creíble.

Algunos historiadores dicen que la tradición judía decía que el hijo mayor debía mantener a la familia si el padre había muerto. Tal vez estaba enseñando así que algunas tradiciones deben respetarse. Sin embargo, a la autora no se le ocurrió decir algo así, eso es porque siempre manifestó estar en contra de las tradiciones de los fariseos.

Alguien podría haber concluido que Cristo estaba enseñando lo contrario a lo que dice la autora, que no importa si el trabajo es honrado o trae honor, igual habrá que dejarlo como Él lo hizo.

Total, nada de eso está en la biblia.

 

6 La tristeza

 

La tristeza entorpece la circulación en los vasos sanguíneos y en los nervios, y también retarda la acción del hígado. Obstaculiza el proceso de la digestión y también el de la nutrición y tiene una tendencia a minar todo el organismo…” (pág. 100)

 

Alguien tendría que haberle dicho a la Dra. White, que la tristeza es algo normal no una enfermedad. El que huye de ella podría hacerlo a través de la negación, pudiendo quedarse allí para siempre. Eso sí podría ser enfermizo.

Además, la biblia dice:

 

Dichosos los que están tristes porque recibirán consolación” (S. Mateo. 5:4)

 

Sin embargo, la autora dice: -causa indigestión-.

 

7 Otra guerra en el cielo

 

Se nos da ahora la oportunidad de formar caracteres que nos harán idóneos para entrar en el reino de los cielos”. (pág. 103)

Fue por amor que Dios nos dio la ley para que pudiéramos identificar y abandonar los rasgos de carácter que no pueden ser tolerados en el cielo. No entrará allí ningún acusado de robo, de adulterio, de maledicencia o falsedad, porque esto conduciría a otra guerra en el cielo. La Ley de Dios fue dada para apartar a los hombres de estas prácticas, a fin de que sus caracteres pudieran ser modelados de acuerdo con el carácter de Dios”. (pág. 103)

 

Fue por amor que hay rasgos de carácter que no pueden ser tolerados en el cielo, dice, pero no explica por qué mencionó el amor justo ahí, siendo que el propósito era evitar otra guerra.

Entonces, si dijo “fue por amor”, solo porque nadie se lo puede refutar, no tiene sentido haberlo dicho. Si hasta parece un cinismo, fue por amor dicen, cuando en realidad, todos sabemos que fue para evitar otra guerra, o para evitar que entren los ladrones, o los adúlteros.

Cuando dice: “se nos da la oportunidad”, está claro que Dios lo hace, pero no lo dijo así para no tener que admitir que va aprendiendo de los errores.

Entonces fue así: antes de la primera guerra, Dios les dio la oportunidad de estar en el cielo. Ahora, se nos da la oportunidad de formar los caracteres, recién después van al cielo. En otras palabras: dos veces no le pasa.

Sin embargo, pudiera ser porque antes no habría podido evitarla ni aunque supiera, porque ya estaban adentro, les había dado la oportunidad a todos y la maldad que había fue más fuerte que el amor. Ahora sabe que la única manera de preservarlo, es tomando medidas preventivas.

Entonces esa puede ser la explicación, no fue un cinismo. Cuando dijo: “fue por amor”, en realidad quiso decir es fue para preservar el amor, porque cuando entran los delincuentes, el amor no puede hacer nada.

Las leyes de las que habla la autora, han sido dadas para que el pueblo de Dios exista. Cristo no hubiera podido hacer nada sin esas leyes, ni siquiera hubiera podido nacer. Al menos eso es lo que creen algunas doctrinas.

Pero resulta ser que no, porque ahora sabemos que esas leyes están para evitar a todos los indeseables, porque en el cielo habrá paz. Faltos de carácter, ninguno. Tolerancia cero, pero paz, sí.

El único interrogante es ¿esas leyes también sirven para identificar y abandonar la ingenuidad? Porque algunos dicen que esos tampoco entrarán al cielo.

A la autora le gustaba mucho contestar todo con un escrito está. Entonces:

 

Se nos da ahora la oportunidad de formar caracteres que nos harán idóneos para entrar en el reino de los cielos”. -Escrito no está-.

 

8 La ira del Cordero

 

Manifestando desprecio por lo que consideraban ser pretensiones, hubo hombres que le golpearon en el rostro. Estas mismas personas habrán de clamar un día a las rocas y a las montañas que caigan sobre ellos y los oculten de la ira del Cordero”. (pág. 88)

 

Todo indica entonces que: -Padre perdónalos-, fue solo un show para los que estaban mirando. Porque ahora dice que vendrá la venganza.

La autora no explicó la razón por la cual repentinamente presenta a un Cristo iracundo, vengativo y rencoroso, pero debe ser esa misma razón la que le llevó a decir otras cosas que están en esa misma página. Por ejemplo:

Cristo asumió la humanidad a través de un proceso penoso

Ocultó su divinidad

Dejó a un lado su gloria

Revistió su dignidad con humanidad

Dejó a un lado su oficio de Comandante del cielo

Fue juzgado y sentenciado por la misma nación a la que había venido a liberar

Fue tentado a pensar que Dios lo había abandonado

Fue un agente libre, como Adán y como lo es el ser humano

Mejor hubiera sido si explicaba de dónde sacó todas esas ideas, o por qué siempre decía que su doctrina se basaba en la biblia. Porque nada de eso tiene el más mínimo sustento bíblico.

 

9 El camino al cielo

 

Cuán inestimablemente preciosos son los dones de Dios -las gracias de su Espíritu - y cómo debiéramos desechar la idea de huir del proceso de examen y prueba, no importa cuán penoso o humillante nos resulte ¡Qué fácil sería el camino al cielo si no fuera por la abnegación o la cruz! ¡Cómo correrían los mundanos por ese camino y cómo lo transitarían en innumerable cantidad lo hipócritas! Gracias a Dios por la cruz, por la abnegación”. (pág. 107)

 

Insinuar sin decirlo, debe ser uno de los métodos más utilizados por la autora para trasmitir sus ideas.

Por una parte, están los preciosos dones de Dios. Por otra parte, el proceso de examen y prueba que, según dice, los hipócritas evitan. El lector que seguramente no quiere ser hipócrita ni “mundano”, deducirá que tiene que aceptar la abnegación para poder recibir dones de Dios.

Los que así lo hagan, terminarán creyendo que han recibido los dones, a cambio de la abnegación que creen estar practicando.

La autora debería haber sabido que antes, durante y después de su época, el camino al cielo estuvo lleno de hipócritas. Es decir que el método de la abnegación no está funcionando para nada.

Alguno dirá que no es así, porque esos no están realmente en el camino al cielo, solo hablan como si estuviesen. Pues esos son los hipócritas, los que no están, pero hablan y actúan como si estuvieran.

La pregunta es sencilla ¿puede un hipócrita estar en el camino al cielo? No, pero la autora dice que, sacándole la abnegación, sí podrían. Es decir: están, son los que dicen practicar la abnegación y no lo hacen.

Es como si hubiera dicho: menos mal que para ser cristiano hay que creer en Cristo, si no, que fácil se harían cristianos los que no creen.

Menos mal que para estar adentro hay que entrar, si no, adentro estaría lleno de gente que no entró.

Además de eso, según la autora, la abnegación es el remedio contra la hipocresía. Sin embargo, si no fuera por la abnegación o cualquiera otra acción requerida, no habría forma de caer en la hipocresía.

No es posible hablar como si lo hubiera hecho, si no hubiera algo que tendría que haber hecho y no hizo. Por lo tanto, la hipocresía existe como resultado de la abnegación, no al revés como dijo.

Por otra parte, los hipócritas no necesariamente están eludiendo la abnegación, como afirma ingenuamente la autora. Tranquilamente podrían estar haciendo todo tipo de sacrificios, cargando todo tipo de cruces y seguir siendo hipócritas, porque son cosas perfectamente compatibles.

¿O creía la autora que los cristianos abnegados que hacen sacrificios ya no son hipócritas? Con pensar de una manera y hablar de otra, ya alcanza para ser hipócrita.

Un error cometido por alguien que predica es una artimaña de Satanás. Aceptar un error, es aceptar un prejuicio.

 

10 Rebaño

 

Padres, no traten de seguir las modas siempre cambiantes de esta época degenerada. No vale la pena. En el día final Dios les preguntará: "¿Qué hicieron con mi rebaño, mi hermoso rebaño?" ¿Cómo le contestarán si traicionaron su cometido?” (pág. 116)

 

Si el rebaño sigue intacto, le diremos: ahí está, intacto. Si terminaron siendo parte de la época degenerada, le diremos: ¿a qué le llamas tu rebaño, a ese? Aaaah, ¡qué hermosura! O tal vez la autora creía que todos harán lo que ella supone, quedarse callados mirando al piso en señal de culpa.

El asunto es, ¿tuvo que decir “hermoso”, justo ahí? Porque suena a que está victimizando a un grupo, para que el resto se sienta culpable. ¿Esa es la imagen que tenía la autora de Dios, o de Cristo?

Para colmo, está hablando de seguir las modas. No vale la pena, dice la autora, acusándoles de tontos a los que cometen una transgresión tan grave, sin ganancia ni propósito. Entonces el mensaje es: los que siguen a las modas, en el juicio serán hallados culpables de traicionar a Dios.

Debería haberlo dicho así por más feo y refutable que sonara. Mucho peor es un Dios metedor de culpa, que hace preguntas en el juicio para que deduzcan por sí mismos lo culpables que son, así puede expulsar con justicia a todos los que no se han vestido apropiadamente.

 

11 Depende de ustedes

 

Dios dio a Daniel y a sus compañeros "conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños” (Dan. 1:17)... (pág. 45)

 

Unos párrafos más adelante dice:

 

Dios puede usarlos como usó a Daniel, para llevar el conocimiento de la verdad a los poderosos de la tierra. Depende de ustedes decidir si tendrán conocimiento y capacidad. Dios puede darles la capacidad de aprender todo. Puede ayudarlos para que se adapten al curso de estudios que emprendan”. (pág. 45)

 

Si Dios puede darles la capacidad de aprender todo, o adaptarse a cualquier curso que emprendan. Eso significa que pueden decir sin temor a dudas que cuando los alumnos de la congregación de la autora no aprueban los estudios, son cristianos falsos.

Deberían usar eso como un método para saber quiénes son, para tomar las medidas que corresponden.

Por otra parte, Daniel tuvo visiones, pero nosotros tenemos que “decidir” estudiar si queremos que tener conocimientos necesarios para que Dios nos use de la misma manera.

¿De dónde creía la autora que sacarán los recursos los que no tienen dinero para estudiar? porque no sale gratis. Los que no tienen, no podrán tomar ese tipo de decisiones, porque si no salen a trabajar, no comen.

Es una injusticia por parte de Dios excluir a algunos de esa bendición sólo por ser pobres. Aunque lo realmente injusto fue lo otro, tienen que “decidir”, dijo la autora que evidentemente no salía muy seguido de su barrio.

 

12 Paciencia sufrida y fe inalterable

 

Algunos han pensado que fácilmente podrían persuadir a un pecador a abandonar sus ídolos, a guardar los mandamientos de Dios, a creer que Jesús vendrá pronto en las nubes de los cielos. Cuando no logran despertar el interés ni el deseo de escudriñar las Escrituras para ver si estas cosas son la verdad; cuando no ven que la convicción se posesiona de las mentes de aquellos que transgreden la Ley de Dios; cuando son frecuentemente confrontados con excusas baladíes, con indiferencia u oposición decidida y con el ridículo; cuando sus oyentes se apartan arrojando oprobio sobre la santa Ley de Dios, se desaniman. Donde esperaban éxito, se encuentran con derrota. No tienen paciencia sufrida y fe inalterable”. (pág. 122)

 

Ya el hecho de querer persuadir a alguien, allí llamado pecador, es claro indicio de que no tiene ni idea de lo que está haciendo. Ahora, si creyó que era fácil, definitivamente no sabe dónde está parado.

Si no ve la convicción de los otros, es posible que ni siquiera vea su propia convicción, por no decir terquedad. Cree que sabe lo que los otros no.

Entonces, si ese pecador le ha rechazado con excusas baladíes, fue por amabilidad. No le quiso decir tan crudamente que se calle porque evidentemente no sabía lo que estaba haciendo.

Aparte, menos mal que no le creyó, porque si le dijo que se arrepintiera porque Cristo vendría pronto, después tendría que haberse arrepentido él, porque seguramente ya deben haberse muerto todos sin que eso ocurriera.

Si el otro no hubiese sido tan amable, también le hubiera dicho que se arrepintiera él, o es que tal vez se creía santo y sin pecados. Tal vez el otro le contestó con oprobios, porque conocía la doctrina adventista y se habrá sentido ofendido, si hasta es posible que conociera sus intenciones:

 

persuadir a un pecador a abandonar sus ídolos”

 

Es muy feo encontrarse con alguien que quiere persuadirnos de cambiar por considerarnos pecadores e idólatras.

No tienen paciencia sufrida y la fe inalterable, dice la autora como si esa fuera la solución. De ser así, los adventistas ya lo habrían logrado, porque si hay algo que tienen bien afirmada es la paciencia sufrida y la creencia inalterable.

Eso claro, siempre y cuando no sea para lidiar con alguien de adentro de su iglesia, ahí ya cambia. Con los “pecadores” de adentro, usan el repudio incorruptible, reproche inalterable, rechazo nauseabundo, desprecio interminable. Habría que llamarle: el método R.R.R.D.

Después de no lograr persuadir, se desaniman dice la autora. Pues, lo bien que hacen, peor sería seguir creyendo con todo entusiasmo que van a poder. Les va a agarrar ansiedad y frustración, justo lo que estaban tratando de evitar.

O peor todavía si creen que lo pueden lograr con paciencia sufrida como le gustaba a la autora, porque ahí sí, no decaerá más su ánimo. Seguirán así, eternamente.

¿Estaremos por fin ante la presencia de una prueba de que la profetiza ha acertado una predicción?

 

no logran despertar el interés”.

 

Pero no se preocupen porque hay solución. Por ejemplo, vayan a darle de comer al que tiene hambre y después vean si no han logrado “despertar” su interés.

Por otra parte, menos mal que han sido confrontados con excusas baladíes, o con indiferencia. Peor sería si le hubieran perseguido, como dice la biblia que les pasará a todos los que quieran seguir las huellas de Cristo, porque ahí ya no se habrían desanimado, habría tenido que huir. No se habría cumplido por lo tanto, la predicción de la autora.

 

13 Comience a cantar

 

Cuando el enemigo le diga que el Señor la ha abandonado, contéstele que usted sabe que no es así, porque Cristo declara: "No he venido a llamar a justos, sino pecadores, al arrepentimiento" (Mat. 9:13). . .

En lugar de quejarse por su debilidad, de expresarse con incredulidad y sentir que están abusando de Ud., comience a cantar. Hable de la misericordia y del amor de Dios”. (pág. 130)

 

O puede recitar, por ejemplo, el Salmo 22. No, mejor antes verifique que no sea verdad que están abusando de Ud.

Cuando el enemigo venga a decirle algo, empiece a sospechar que pudiera ser una trampa, porque el enemigo nunca se presenta de este lado, sin haber puesto una trampa del otro lado.

Por ejemplo, a la que se puso a cantar, le dirá que esa fortaleza que muestra, proviene del Dios en el que cree. Así, en vez de quejarse por su debilidad, de expresarse con incredulidad, no dirá nada y se quedará con esas cualidades creyendo que no las tiene.

En otro caso, podría decirle que esas debilidades que cree tener, en realidad son virtudes que los demás no han sabido apreciar. Por eso, en vez de quejarse de ellas, las ostentará absurdamente.

Por otra parte, cuando vaya a contestarle al enemigo con un párrafo bíblico, trate de que sea coherente con lo que se está pasando, no sirve cualquiera.

Porque si cree que están abusando de Ud., pero dice que el Señor vino a llamar a pecadores, por ahí va a creer que el Señor llamará pronto al arrepentimiento a los abusadores y eso la salvará a Ud. Entonces empezará a cantar, mientras los otros seguirán abusando de Ud.

El “enemigo” aprovechará para decirles a los abusadores que todos los cristianos son tontos. Eso también lo creerán.

Entonces, lo mejor que se puede hacer cuando viene el enemigo, es identificarle primero. Aunque eso tiene una dificultad, no sabe identificar al abusador ¿y va a identificar al enemigo?

 

14 Leones en el camino

 

Las perplejidades pueden rodearlos. Sus hermanos pueden decirles que hay leones en el camino. Sin embargo, avancen, diciendo: "El Señor desea que esta obra se haga y no fracasaré ni me desanimaré. Haré mi parte". . . (pág. 131)

 

O también puede avanzar diciendo: -los parientes no se eligen-. No, mejor verifique primero.

Si van a presentar un párrafo bíblico, o algún consejo sabio, también trate de que sea el apropiado, no sea que esos leones sean esclavizadores, o abusadores como en el párrafo anterior y Ud., por tratar de no desanimarse ni fracasar, haga su parte y termine esclavo el resto de su vida.

O podría terminar en una iglesia falsa, tal vez los leones eran falsos predicadores. Tal vez sus “hermanos”, le dijeron la verdad.

Ahora, suponiendo que sabe perfectamente que sus hermanos le han mentido, ¿por qué dice: avancen? Deberían detenerse y decirles la verdad, es evidente que están equivocados y tal vez no se han dado cuenta que han cometido ese error.

 

15 Estaba sufriendo

 

Él podría haber descendido de la cruz; podría haber rehusado morir, pero estaba sufriendo para que el mundo, a través de Él, pudiera ser redimido de la pretensión y autoridad de Satanás. Mediante su muerte todos los que creen en Él pueden tener vida eterna. . .” (pág. 132)

 

Todo eso escrito no está, así que si vamos a suponer supongamos bien.

¿Qué le hubiera dicho Cristo a Dios, después de llegar al cielo, habiéndose bajado de la cruz, sin haber redimido a la humanidad?

Le diría: -y bueno, qué querías si estaba sufriendo-. Dios le contestaría: -y bue!, no se entonces-, mientras se queda mirando por la ventana.

Pero no, porque si se bajaba de la cruz, no habría ido al cielo. Tal vez, cual si fuera la película “la última tentación de Cristo”, después de bajarse de la cruz, habría tomado a su mujer y a su hijo y se hubiera ido a hacer una vida normal.

¿No habrá pasado eso, pero los pioneros del cristianismo negaron todo e inventaron un final más apropiado?

No, si vamos a suponer, supongamos bien.

 

16 Cúmulo de conocimientos

 

Cuando Cristo vino a nuestro mundo, podría haber desplegado un vasto cúmulo de conocimientos científicos ante la mente de los hombres. Pero no lo hizo. Dedicó su vida a enseñar las verdades relacionadas con la salvación del alma. . .” (pág. 103)

 

¿Otra vez, “podría”? Si Cristo no hubiese enseñado esas verdades que dice ahí, no habría sido Cristo. O peor, sí habría sido, pero nadie se habría enterado siquiera, lo habrían tomado como un genio más.

Para alguien que ha escrito miles de páginas explicando el motivo, o mejor dicho, los miles de motivos por los cuales Cristo vino al mundo, es curioso que ahora, pudiera haber hecho otra cosa, como si la salvación hubiera sido una de las opciones.

También podemos imaginarnos a Cristo llegando al cielo y a Dios preguntándole:

-¿Y, cómo te fue con la salvación de las almas?-

-No hubo, pero impartí conocimiento científico para tirar para arriba-.

 

17 Tremenda tentación

 

Cristo cargó sobre sí los pecados del mundo entero. Soportó nuestro castigo, la ira de Dios contra la transgresión. Su procesamiento implicó la tremenda tentación de pensar que Dios lo había abandonado”. (pág. 88)

 

Tentación de pensar, esas sí que son tentaciones. En vez de tremenda, alguno la habría calificado de oportuna, porque tampoco había tantas cosas que pudiera hacer en esos momentos.

Podía bajarse de la cruz como dijo antes, o pensar, pero no mucho más. Aun así, si quería quedarse, no había otras opciones más que pensar, o no pensar.

El problema está en que, si pensaba que Dios lo había abandonado, se habría bajado, ya no tenía sentido quedarse. O tal vez sí, y ese fue el gran logro, no bajarse pudiendo hacerlo.

Lo que no podía era hacer las dos cosas, bajarse por pensar que Dios lo había abandonado, son tentaciones incompatibles. Si podía bajarse, es porque no lo había abandonado, pero si lo pensaba, habría demostrado estar engañado, o incluso que había dejado de tener fe.

Ahora, si no lo hubiera pensado y se bajaba igual, ¿habría cumplido su misión? Todo indica que no, porque habría sido una forma de fallarle a Dios, o incluso de evitar cumplir sus propias profecías. Así ya no habría tenido más la gracia y no habría podido bajarse.

Entonces, no fue un gran logro, se quedó porque no podía haberlo hecho de otra forma.

Pero no, porque la autora dice que fue tentado a pensar, no que lo haya hecho. Eso puede ser, todo indica que solo estaba recitando el Salmo 22.

También hubiera podido ponerse a cantar, dicen que es un método que funciona.

 

18 Las necesidades de otros

 

Mantengan el alma limpia y pura. No tienen tiempo para dedicar a los errores de otros. Presten atención a sus propios errores y hagan que los descarriados se sientan avergonzados por el interés amable y lleno de simpatía que ustedes manifiestan por ellos. Un cristiano es muy sensible a las necesidades de otros. Sabe que son propiedad de Cristo y estará siempre atento para encontrar oportunidades de ayudarles. La envidia, las sospechas, las calumnias y las críticas, que no se nombren siquiera entre los discípulos de Cristo. Estos defectos son la causa de la presente debilidad de la iglesia”. (pág. 115)

 

Primero dice que no hay que prestar atención a los errores de los otros, después dice que hay que ser amable con los descarriados. Pero así no podrán saber quiénes son los descarriados. Ni siquiera la sospecha, menos, porque así ni siquiera lo va a sospechar.

Después dice, estará siempre atento a la necesidad de los otros. Pero no va a poder estar siempre atento y al mismo tiempo no prestarles atención.

 

No tienen tiempo para dedicar a los errores de otros”

 

Tampoco podrán ayudarles y al mismo tiempo no tener tiempo para dedicar a los errores de los otros.

Si hasta la autora parece haberse dado cuenta de eso, por eso cambió de discurso. O peor, no se dio cuenta que cambió de discurso:

 

Un cristiano es muy sensible a las necesidades de otros”

 

Entonces hay una explicación, son tan sensibles que se dan cuenta igual, aun sin prestarles atención.

Después dice:

 

La envidia, las sospechas, las calumnias y las críticas, que no se nombren siquiera”

 

¿Eso quiere decir que no debería haber? Porque se nota que sí había, por algo dice que estaban debilitando la iglesia.

La situación era así: los descarriados, también llamados: “propiedad de Cristo”, cometían “errores”, pero los envidiosos y calumniadores, llamados: “discípulos de Cristo”, en vez de ayudarles, les criticaban. Entonces, cuando dice: “que no se nombren siquiera”, era solo una expresión, quiso decir que no sigan con las críticas y envidias.

Llama la atención que la envidia también esté en la lista, ¿envidian a los descarriados? Se nota que la iglesia se estaba debilitando en serio.

Lo que la autora no explicó es, por qué creía que debía decirles a los calumniadores que desistan. Mejor hubiera sido si les decía a los descarriados que dejaran de descarriarse y así los críticos ya no tendrían nada más que decir ni que envidiar. Así solucionaba los dos problemas al mismo tiempo.

Incluso podría haberles dicho a los descarriados que vayan a ayudar a los calumniadores, para ver si dejaban de dar vueltas en un círculo y debilitando así a la iglesia.

Podría haber dicho, por ejemplo: -que el descarrío no se ejerza siquiera entre los que son “propiedad de Cristo”. Así no se fomentará más la crítica o la envidia por parte de los “discípulos de Cristo”.

Así como está presentada la situación, ni ellos deben saber bien quienes son los descarriados o los envidiosos, debe ser por eso que les cuesta tanto abandonar la sospecha.

De todas maneras, antes que se aceleren, antes de ir a ayudarles, tengan en cuenta que esos “descarriados”, podrían ser también rencorosos. Sepan que, haber tratado avergonzarles, es algo que no irán a perdonar fácilmente.

O peor aún, como ellos no prestan atención a sus errores, podrían creer que los descarriados son ustedes. Haberles tomado a ellos como descarriados, es algo que definitivamente no lo van a permitir.

Es por eso que, si alguno llegara a mostrarse interesado en ayudarles, para colmo avergonzándoles, se ofenderán y harán lo que sea para que ese quede como descarriado. Con calumnias, puede que lo logren.

Luego, se vengarán, solo por haber intentado avergonzarles, lo lograrán también. Luego de vengarse, le seguirá atacando, por las dudas. A no ser que los descarriados de la iglesia de la autora sean gente inofensiva y de buen criterio.

Entonces, antes de ir a “ayudar”, a alguien, asegúrense de que el descarriado quiera que le ayuden. De no ser así, podrían perjudicarle aún más.

También asegúrense que sepan cómo hacerlo y de tener éxito, porque si fracasan le perjudicarán, porque ahí va a creer que ya no tiene arreglo. No hay mejor forma de perjudicar a alguien, que tratar de “ayudarle” sin éxito a alguien que no ha pedido ayuda.

Así que, si algún lector de estos escritos quiera hacerle caso a la autora, quiere ayudar a los descarriados y no fijarse en los “errores” de los demás. Al menos tengan en cuenta que nunca se sabe bien a lo que se van a enfrentar.

 

19 Daño para las almas

 

Hay muchas cosas que son correctas en sí mismas, pero que, pervertidas por Satanás, resultan una trampa para los incautos.

La reunión de nuestros jóvenes para un servicio de canto parece muy inofensiva, pero en mi experiencia de medio siglo he visto que estos servicios de canto a menudo resultan ser una fuente de mucho daño para las almas. Si los corazones de todos los que asisten fueran rectos delante de Dios, si todos amaran a Dios por sobre todas las cosas y anhelaran tener en vista su gloria, si todos se esforzaran por agradarle, entonces esas reuniones no resultarían perjudiciales. No obstante, generalmente están presentes muchos que no se dan cuenta de que se están volviendo cada vez más despreocupados en cuanto a su deber de agradar a Dios”. (pág. 136)

 

En principio pareciera que tiene razón, no todos los que asisten a esas reuniones son rectos. Además, apareció gente que no se da cuenta, algo realmente inusual en los escritos de la autora.

En sus escritos, todos se dan cuenta de todo y saben todo. Los que actúan mal, es solo por mala actitud, o no han aprendido a dominarse.

 

no se dan cuenta de que se están volviendo cada vez más despreocupados”

 

La situación planteada por la autora, podría ser más simple de lo que parece. De seguro habrá asistido a alguna de esas reuniones y vio cómo la estaban disfrutando, y eso no lo pudo soportar.

Hay cosas buenas que Satanás pervierte, dice la autora, como si su gente no supiera lo más elemental. Cuidado, Satanás pone trampas.

Pero claro, de seguro no quiso ser tan ruda, diciéndoles tan directamente que ellos eran los que estaban pervirtiendo esas actividades.

 

si todos los que asisten allí amaran a Dios por sobre todas las cosas”

 

Las cosas pervertidas por Satanás son una trampa ¿Y la solución es que todos amen a Dios por sobre todas las cosas? De ser verdad que esa es la solución, solo queda una cosa que se puede hacer: salir corriendo, ya.

Aunque con eso tampoco se gana nada, porque en todos lados es igual, debe ser por eso que se quedan. Pero al menos eso explica por qué a los adventistas siempre creen que la profetiza acertaba, es porque da igual.

 

20 Una conducta apacible

 

Piensa en qué cosa buena podría resultar de ser impaciente. Eso solamente alegraría al enemigo y confirmaría en su opinión a los que piensan mal de ti. Tú puedes, mediante una conducta apacible, mostrar que son falsas las palabras de las personas malintencionadas. No te preocupes por defenderte, sino más bien, cumple tu deber con perseverancia”. (pág. 137)

 

La conducta apacible no mostrará que son falsas las palabras mal intencionadas, como asegura el párrafo. Esas palabras cumplirán su función en la medida que ellos crean lo que han dicho.

Ahora, si algún malintencionado dice cosas que los otros necesitan confirmar primero, entonces esos otros no son mal pensados como dice el párrafo. No se puede confirmar la opinión y ser mal pensados al mismo tiempo.

Pero claro, lo que quiso decir es que eso será un agravante. Pero los mal pensados no necesitan agravantes, con pensar mal ya alcanza. Además, tampoco se desconvencen ante la “conducta apacible”. Menos ese tipo de personas, que ni bien uno que se impacienta, ya creen que era verdad lo que le dijeron.

La conducta apacible, al contrario de lo que dice la autora, le hará creer al otro que esa es una actitud altanera y por eso quedará aún más ofendido. Así son los mal pensados, siempre piensan mal.

Los que le creyeron a los malintencionados, con suerte admitirán el error que cometieron, porque no suelen hacerlo, menos todavía ese tipo de gente que suele escuchar burradas.

No hacer falta que te defiendas, dice. Pues le seguirán atacando y difamando.

Los malintencionados creen que los que no se defienden son tontos, por eso les atacan, porque creen que así los están dejando en evidencia, ese es el único criterio que siguen.

Si no se defiende, todos terminarán creyendo que era verdad lo que dijeron, incluidos los difamadores. No solamente porque su especialidad es creerse sus propias mentiras, sino porque creerán que esa vez acertaron de casualidad.

Cumple con tu deber con perseverancia, dice también. Eso si le dejan, porque el malintencionado suele decir cosas que tienen directamente que ver con su desempeño.

Por ejemplo: que el otro en realidad simula hacer pero no hace, que daña la maquinaria cuando no le ven, que es más ambicioso de lo que parece, que si uno no anda atrás no trabaja, que tiene un irrefrenable deseo de poder, que se disfraza de bueno pero es un traidor, que quiere todo para él, o que es un espía de la competencia.

También dice que les roba las ideas de los otros y luego se las atribuye. Que comete errores perjudiciales a largo plazo. Que él fue el que llevó las cosas que faltaban el otro día.

También dicen cosas de índole personal. Que acá se hace el santo, pero en la casa le pega a la mujer, que ni el hijo le habla, le debe plata a todo el mundo, le dejo morir a la abuela para cobrar la herencia, timbea y por eso tiene deudas, consume drogas, hace vudú y enterró algo en la vereda, etc., etc.

Dirá que él es el que difama por ahí, que anda diciendo que acá le explotan, que es el único que trabaja y los demás se llevan el mérito, que vive salvando las macanas que hace el jefe. De seguro ya hacía eso en otros lados y por eso le corrieron, etc.

Por otra parte dice: -no seas impaciente, eso alegrará a los enemigos y confirmará la opinión de los que piensan mal de ti-.

Si no se conmueve ni se impacienta, van decir que eso es porque está tramando algo, alguna traición o alguna venganza y por eso está tranquilo.

También dirán que cada vez que hay un problema que resolver, no lo hace. Mírenle, ni siquiera reacciona. Con ese nunca se sabe. Es tonto, ni siquiera se defiende, así trabaja.

Por eso, los que le creen, no le dejan seguir haciendo, no le dan tareas, le trasladan, le echan.

En otros casos, le dejan seguir haciendo pero bajo supervisión y vigilancia cercana y crítica constante. Así, cualquier error que cometa estará a disposición de la exageración, opinión y comentario de todos. No se puede trabajar bien de esa manera.

Cada vez que empieza a trabajar, los mal intencionadas paran o rinden menos, así le echan la culpa. -no se puede trabajar con ese-, dicen.

Los demás suelen evitar a alguien así, no le hablan. Hablan entre ellos menos con él. Eso es porque nadie quiere solidarizarse con alguien bajo sospecha. Primero porque no quieren quedar mal con el jefe que le vigila, pero aparte porque no saben si las sospechas son verdaderas, menos si no se defiende.

Suelen darle órdenes por demás autoritarias, para atribuirse ellos el mérito de que el vigilado sigue trabajando.

Después, si llegan a ver que no hace nada malo, dirán: era verdad que a este había que tenerle vigilado.

O dirán: eso gracias a que yo le puse en su lugar, no fue fácil.

O dirán lo contrario: ¿vieron que fácil que se arreglan estos? No, si yo tengo años lidiando con esta gente.

Es más, irán a darle las gracias al malintencionado por la advertencia, eso sí les va a alegrar.

Así son los malintencionados y así son los que le escuchan. Pero no para la consejera Elena de White, que no parece haber tenido un enemigo en toda su vida.

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