sábado, 7 de septiembre de 2024

El joven rico según Elena de White


Los siguientes párrafos fueron extraídos de escritos de Elena de White, profeta y pionera de la iglesia adventista del séptimo día. Según la autora, el rico a quien Cristo dijo: -una cosa te falta-, no se salvó porque no estaba dispuesto a hacer el sacrificio necesario.

 

 

Cuando el joven y rico príncipe se había alejado de Jesús, los discípulos se habían maravillado de las palabras de su maestro: "¡Cuán difícil es entrar en el reino de Dios, los que confían en las riquezas!" Ellos habían exclamado el uno al otro: "¿Y quién podrá salvarse?" Ahora tenían una demostración de la veracidad de las palabras de Cristo: "Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios.

Vieron como, por la gracia de Dios, un rico podía entrar en el reino." (El deseado de todas las gentes, pág. 508)

 

Este párrafo describe lo que les pasaba a los discípulos cuando Cristo visitó a Zaqueo en su casa.

Si bien sabemos que Elena de White decía que sus escritos provenían de revelaciones de Dios y que por eso sabía tanto sobre la vida de Cristo, llama la atención que supiera tantos detalles que no están en la biblia.

Tenía datos, diálogos y hasta pensamientos, algunos de ellos muy dudosos, como los de ese párrafo. Dice que sus discípulos “vieron” cómo, por gracia, un rico podía entrar al reino.

Qué lástima que no aclaró si eso fue una opinión, o también le fue revelado. Al menos debería haber explicado cómo es posible llegar a ver cómo alguien se salva por gracia.

Lo que que “vieron”, fue a Zaqueo prometiendo devolver lo que había estafado. Eso, más bien parece por acción de justicia. Aun sacándole el término “por gracia”, no es posible ver cómo alguien se salva.

También dice que eso les dio una “demostración de la veracidad de las palabras de Cristo”. Se refería a lo que dijo antes: “Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios”. Eso quiere decir que, hasta que no obtuvieron esa demostración, no lo creyeron o no quedaron muy convencidos.

Tenían fe selectiva. Creían en Dios, creían en el reino, creían que Cristo hablaba en nombre de Dios, creían que si Él aceptaba a alguien, este podía entrar al reino, creyeron que la salvación había llegado a esa casa tal como lo dijo, pero no creyeron lo anterior, necesitaban una demostración. ¿Y dónde estaba la demostración de la veracidad de todo el resto?

Menos mal que Zaqueo prometió devolver lo robado, si no, los discípulos habrían tenido que ir a buscar demostraciones a otra parte.

Además, eso ni siquiera era una demostración, al contrario, más bien parece refutar la idea que para el hombre es imposible. Devolver el dinero, justamente, pareciera que lo hace posible.

El interrogante que surge es: dónde estará la demostración que necesitamos nosotros. Incluso, dónde está la demostración que la autora vio todo eso.

 

Vieron como, por la gracia de Dios, un rico podía entrar en el reino”

 

De seguro tampoco creyeron que el “joven y rico príncipe” se pudo haber salvado. No sin la demostración.

Lo que sí es seguro, es que la autora no lo creyó, es por eso que adaptó el relato a su creencia. No un relato cualquiera, estaba hablando de la vida de Cristo, es decir que le atribuyó a los discípulos, algo que no dijeron, pero es una idea que ella quería transmitir.

La autora creía que rico no se salvó, pero sin esas visiones no lo podría saber, porque la biblia no lo dice. Por otra parte ¿No deberían los discípulos dar demostraciones a los que no creen?

Tal vez en ese época no, porque todavía estaban aprendiendo. Sin embargo, el rico también estaba aprendiendo, pero no recibió ninguna demostración, ni de parte de ellos ni de nadie. Tenía que creer y actuar, punto.

A esta altura está claro que la autora esperaba la demostración. O peor que eso, quería dejar determinado que eso era una demostración.

Acerca del rico dice lo siguiente:

 

El joven rico pensaba que amaba a Dios hasta que Jesús le reveló su ídolo y le mostró que estaba haciendo un dios de sus posesiones. Vino a Jesús con la pregunta: ¿Qué más me falta? La respuesta fue: "Vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme" (Lucas. 18:22)”. (Alza tus ojos, pág. 27)

 

Dice que vino con la pregunta: “¿Qué más me falta?” No vino con esa pregunta, sino -qué tengo que hacer-.

Muchos cristianos consideran que la biblia es palabra de Dios, y si bien es posible interpretarla de diferentes maneras, nadie debería modificarla a su parecer para estudiarla.

Si el rico hubiera preguntado desde el comienzo ¿qué más me falta?, tendríamos que asumir que él sabía que le faltaba algo, y eso no lo sabemos, pero todo indica que no sabía. Es decir que ahora la autora está adaptando también la biblia a su creencia.

Tal vez lo dijo por descuido, pero eso sería lo mismo, no puede no darle importancia a esa parte. Después dice:

 

-pensaba que amaba a Dios, pero había hecho un Dios de sus posesiones-

 

Describir así la situación, sirve para que desde el comienzo tengamos el caso distinto al nuestro. ¿Quién cree haber hecho un Dios de alguna cosa?

Algunos predicadores dicen que, aunque el rico había heredado sus riquezas, había hecho todo lo necesario para merecerla. Seguramente también consideraba que debía hacer lo mismo con el reino de Dios, tenía que merecerlo.

Estaba identificado con esos logros, es decir que estaba en una posición igual que cualquiera, porque todas las personas se identifican con sus logros, o con lo que sea que haya en su entorno.

Según dice la biblia, para ser seguidor de Cristo, primero habrá que renunciar a uno mismo, eso incluye todos los elementos con los que se está identificado, porque esa identidad es falsa. De ser así, entonces no el rico no necesariamente había hecho un Dios de sus posesiones.

“Maestro bueno”, dijo. Con eso también demostró que se identificaba con la bondad, porque seguramente era una de sus virtudes.

Cuando Cristo le dijo que vendiera todo, le hizo ver que todos esos logros eran parte de él mismo, o de su orgullo y por lo tanto ajenos al reino de Dios. Aun siendo una persona religiosa, no tenía la humildad que se requería para aceptar a Cristo.

Entonces, ver al rico como alguien orgulloso, sirve para que todos aprendan de la situación, porque ni siquiera hace falta tener tantos logros ni ser rico para tener orgullo.

Sin embargo, que el rico se haya ido triste, no significa que no haya entendido, o que no estuviera dispuesto a hacerlo, como ha insinuado la autora. Ni siguiera significa que no lo haya hecho.

¿Qué le hizo creer eso, la tristeza? Tal vez por no haber recibido la “demostración” que necesitaba. Pues, habrá que ver si es posible presentarle alguna “demostración” del error que ha cometido.

En principio se podría hacer una comparación de esa enseñanza con el sermón del monte.

 

Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.” (S. Mateo 5:3)

 

Los pobres en espíritu, según otras versiones bíblicas, son los que tienen necesidad espiritual. Esa necesidad era la que pudiera haber tenido el rico. La autora también está de acuerdo con esta idea, en otros escritos dice:

 

Este príncipe (el rico) tenía en alta estima su propia justicia. No suponía, en realidad, que fuese deficiente en algo, pero no estaba completamente satisfecho. Sentía la necesidad de algo que no poseía”. (El deseado de todas las gentes, pág. 477)

 

Es decir que el rico podría cumplir con las características de la primera sentencia del sermón del monte: necesidad espiritual, seguramente la declaración: “de ellos es el reino”, también podría corresponderle.

Lo segundo que dijo Cristo en el sermón del monte fue:

 

Dichosos los que están tristes porque recibirán consolación” (S. Mateo. 5:4)

 

Otra vez coincide con lo que le sucedió al rico. Seguramente la promesa hecha: recibirán consolación, también podría ser para él.

No sabemos si el sermón del monte esté hecho en ese orden cronológico, por ser el camino que tiene que recorrer alguien que pretende seguir a Cristo. Sin embargo, nada impide que alguna persona tenga un proceso de conversión en ese orden. De ser así, la tristeza no es un indicio que el rico no haya aceptado a Cristo.

La tercera sentencia dice:

 

Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.” (S. Mateo 5:5)

 

Otras versiones dice: “mansos”, en vez de humildes.

Aunque la palabra “heredar”, coincide con la pregunta del rico, lo otro ya no coincide, porque humildad era lo que el rico no tenía. De haber sido humilde, la promesa: “heredarán la tierra”, habría sido también para él.

Sin embargo, es posible que el rico sí haya entendido y que se haya despojado de esos impedimentos que de seguro consistían en no haber renunciado a todo lo que poseía, como la biblia enseña.

 

Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee no puede ser mi discípulo”. (S. Lucas 14: 33)

 

Es decir que, la manera en que el rico podría haber encontrado a Cristo, no se diferencia de la manera que también es para todos. Como vemos ahora, no necesariamente hay que hacer un Dios de las posesiones para tener que renunciar a ellas.

La biblia no dice si el rico se salvó, pero si creemos en el cumplimiento de las promesas hechas en el sermón del monte, entonces también creemos que pudo cumplir con lo que Cristo le había requerido.

Claro está que Elena de White no lo creía así. Seguramente tampoco le tenía fe a esas promesas. Asume que se fue triste porque no quiso vender sus posesiones.

 

Si el príncipe se hubiese entregado a Cristo, habría crecido en la atmósfera de su presencia. Si hubiese hecho esa elección, cuán diferente hubiera sido su futuro”. (El deseado de todas las gentes pág. 478)

 

habría crecido”, “cuán diferente hubiera sido su futuro”

 

Pero ¿qué le habría dicho Cristo de haber sido ya viejo? -No puedes hacer nada, ya es tarde, no tienes futuro-. Entonces, la teoría de la autora de “habría crecido”, es al menos, limitada.

En vez de mostrar la solución como parece, sigue mostrando impedimentos. Ahora los viejos tampoco pueden aprender nada de todo esto. Los jóvenes que han crecido con una doctrina cristiana, tampoco.

La biblia dice que no se puede ser seguidor de Cristo, a no ser que se niegue a sí mismo.

 

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.” (S. Mateo 16: 24)

 

Sin embargo la autora habla de: elección, sacrificio, entrega y crecer.

 

Lamentaba que existiesen tales condiciones; deseaba la vida eterna, pero no estaba dispuesto a hacer el sacrificio necesario”. (El deseado de todas las gentes pág. 479)

 

Que no estaba dispuesto, es otra opinión de la autora. Tal vez eso lo vio en una de sus visiones, porque la biblia no dice eso, tampoco dice que se haya lamentado. ¿No se le ocurrió que tal vez se fue triste porque sí estaba dispuesto a hacerlo?

 

No estaba dispuesto”

 

Lo que no estaba era contento. Preguntémosle a alguien que tuvo que hacer lo mismo que el rico, a ver si estaba contento o qué.

La autora habla de sacrificio, pero el rico no lo habrá visto como un sacrificio, más bien le habrá parecido injusto, porque creía merecer lo que tenía, pero ahora tenía que darle todo a quienes no habían hecho nada para merecerlo.

O incluso lo habrá tomado como un despropósito, porque seguramente hacía cosas buenas con su dinero.

El encuentro con Cristo le hizo ver al rico que nada era como creía. Cristo, resultó no ser lo que él creía, hasta le refutó cuando le llamó bueno.

El rico probablemente no había sido pobre nunca y la biblia dice que confiaba en sus riquezas. Es por eso que, si ahora tenía que renunciar a sus riquezas, el reino de Dios al que aspiraba, se convirtió para él en algo en lo que ya no confiaba.

Para alguien que creía amar a Dios, que había guardado los mandamientos toda su vida, son muchas cosas juntas las que tendría que refutar. Él mismo, si quería heredar el reino, en el que ya no podía confiar, tendría que dejar de ser lo que era. O creía ser, podríamos decir.

La biblia habla de las tribulaciones que hay que enfrentar para encontrar al reino de Dios.

 

confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios”. (Hechos 14:22)

 

Otras versiones bíblicas, hablan de “aflicciones”, en vez de tribulaciones. ¿No se le ocurrió a la autora que esas tribulaciones o aflicciones pudieran también contener tristeza? Seguramente eso no se logra en un instante. ¿Cuánto tiempo hay que padecer?

Tal vez, esas tribulaciones perduraron en el rico más tiempo de lo que Cristo estuvo en el mundo. Pudo haberse hecho su seguidor después de que Cristo muriera. Si nosotros podemos, él también habría podido. Tampoco era necesario vender todo, nosotros tampoco tenemos que vender todo y darles a los pobres. ¿O sí?

La idea del rico padeciendo un tiempo esas aflicciones, o cumpliéndose en él las promesas del sermón del monte, nos otorga la posibilidad de considerar que sí, se salvó. Es posible incluso que, todo eso que antes le había parecido injusto, también haya sido para demostrarle que la justicia de Dios no es como la de las personas.

 

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”. (S. Mateo 5:6)

 

Luego del encuentro con el rico, la biblia dice que Jesús tuvo un diálogo con sus discípulos, donde se dijeron entre otras cosas:

 

Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios” (S. Marcos 10: 25)

Al oírlo se asombraron aún más, y se preguntaron uno a otros: ¿y quién podrá salvarse?” (S. Marcos 10:26)

 

Es llamativa la pregunta “¿y quién podrá salvarse?”. Porque los que hicieron esa pregunta, seguramente no eran ricos. Para alguien que no es rico, la respuesta resultaría tan obvia, que ni se lo habría preguntado.

Sin embargo, es posible que en realidad, lo que se preguntaron fue. ¿Y quién (de los ricos) podrá salvarse? Aunque la biblia tampoco hace esa aclaración.

La respuesta de Cristo fue:

 

Mirándolos Jesús, dijo: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios”. (S. Marcos 10: 27)

 

Pero claro, al parecer la autora tampoco creyó en eso. Ante esa misma pregunta: “¿y quién podrá salvarse?” De seguro habría contestado: los que están “dispuestos” a hacer el “sacrificio necesario”, los que tomen esa “decisión” y los que “crezcan” en la atmósfera de su presencia.

Y si le dejaban seguir hablando, seguramente también hubiera dicho: los que acepten la “tierna” invitación de Dios a desarrollar el “carácter”, para así alcanzar “niveles elevados”.

 

Para los hombres es imposible”, la autora no lo creyó.

Todas las cosas son posibles para Dios”, tampoco creyó.

 

Oportuno es señalar que el libro “El deseado de todas las gentes”, también dice un par de cosas más acerca del rico, que había que aclarar que son más mentiras de la autora:

 

Su aserto de que había guardado la ley de Dios era falso” (pág. 479)

 

No era falso. La biblia dice que después de ese “aserto”, Jesús le amó. ¿Desde cuándo a Cristo se le puede hacer creer cualquier cosa?

De haber sido falso ese aserto, entonces: “una cosa te falta” (dicho por Cristo), también habría sido falso. ¿Creía la autora que Cristo no le dijo toda la verdad al rico? Una cosa te falta, más bien parecía que le faltaban unas cuántas cosas.

Llamativamente, una página antes, el libro dice:

 

Cristo se sentía atraído a este joven. Sabía que era sincero en su aserto: "Todo esto guardé desde mi juventud." (pág. 478)

 

¿Visiones contradictorias? Ninguna visión, descuidos de alguien que va inventando a medida que escribe. La autora dijo que el rico había hecho un Dios de sus posesiones, luego dice:

 

Demostró que las riquezas eran su ídolo” (Pág. 480)

 

No demostró nada de eso. Más bien dio indicios de que él se creía bueno, por algo le vio bueno a Cristo. ¿Por qué alguien que tiene a las riquezas de ídolo, vería bueno a Cristo?

 

No podía guardar los mandamientos de Dios mientras el mundo ocupaba el primer lugar en sus afectos” (Pág. 480)

 

Sí, podía guardar los mandamientos mientras el mundo ocupaba el primer lugar en sus afectos, tanto como lo hacen muchos cristianos falsos. Lo que no podía era heredar el reino de Dios sin humildad, nadie puede.

La pregunta es ¿por qué Cristo no le dijo eso al rico? No podrías guardar los mandamientos, etc. Podría haberle dicho: dos cosas te faltan, deja de mentir y vende todo.

 

Rechazó el ofrecimiento de la vida eterna y se fue, y desde entonces el mundo había de recibir su culto” (Pág. 480)

 

Más opiniones de la autora, la única parte verdadera de ese párrafo es: “se fue”. ¿Y qué si se fue? ¿Es que acaso es imposible ser seguidor de Cristo sin tener a Jesús en persona adelante? Además, Cristo le dijo que se fuera.

De ser así como creía la autora, ningún rico se va a salvar al menos que venda todo y le dé a los pobres. Eso sería para la autora, una demostración. Sigue sin creer que “para Dios es posible”.

 

no estaba dispuesto a hacer el sacrificio necesario”. (El deseado de todas las gentes pág. 479)

 

Opinión de la autora, que claramente no creía para el ser humano era imposible.

 

Si hubiese hecho esa elección, cuán diferente hubiera sido su futuro”. (El deseado de todas las gentes pág. 478)

 

La palabra “elección”, es clave para entender a la autora. Como era de esperarse: “elegir”, es la base de la doctrina adventista. Seguramente esa elección, le habría dado a la autora la demostración que esperaba y que antes dijo haberles convencido a los discípulos.

 

Millares están pasando por esta prueba y pesan a Cristo contra el mundo; y muchos eligen el mundo. Como el joven príncipe, se apartan del Salvador diciendo en su corazón: No quiero que este hombre me dirija” (El deseado de todas las gentes, pág. 480)

 

Eso más que una opinión, pareciera estar manifestando sus deseos. ¿Millares pesan a Cristo contra el mundo y eligen el mundo? Ya quisiera que así sea, porque eso le daría la razón a su doctrina, la cual dice que hay que “elegir” a Cristo.

¿Creía la autora que esos que “pesan” a Cristo contra el mundo, conocen lo que están pesando? Nadie puede elegir lo que no conoce. Además, ni siquiera “eligen”, el mundo, más bien eligen a un Cristo falso.

A la autora le gustaba contestar todo con un “escrito está”, entonces:

 

“No quiero que este hombre me dirija”, Escrito no está.

“Pesan a Cristo contra el mundo”. Escrito no está.

“Muchos eligen el mundo”. Escrito no está.

 

La autora también enseña lo siguiente a los jóvenes:

 

No se den por satisfechos con alcanzar un bajo nivel. No somos lo que podríamos ser, ni lo que Dios quiere que seamos”. (Mensajes para los jóvenes, pág. 190)

 

El párrafo presenta al ser y a los logros como si fueran una sola cosa. Los que crean eso, terminarán identificados con esos logros, es decir, serán parte de su ser. Eso se parece mucho a la mentalidad orgullosa del rico, sin embargo, la autora dice que es voluntad de Dios hacerlo así.

¿Era voluntad de Dios levantar el nivel del rico? Más bien era la de abandonar esa mentalidad.

Teniendo en cuenta que los lectores de esos escritos creen en la inspiración divina de la autora, nada impedirá que terminen creyendo lo mismo, sus logros serán su orgullo, pero creerán tener la aprobación de Dios.

 

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