sábado, 7 de septiembre de 2024

En la biblia está todo clarito, según Elena de White


Los siguientes párrafos pertenecen a varios escritos de Elena G. de White, profeta y pionera de la iglesia adventista del séptimo día.

La autora explica todos los errores que es posible cometer cuando se estudia la biblia, pero al mismo tiempo asegura que en la biblia está todo perfectamente claro.

  

1 Tendencias heredadas

 

Si Ud. quiere caminar sabiamente, transite en los caminos de los mandamientos de Dios, Mantenga la Palabra de Dios a su alcance, al alcance de su mano. Esta Palabra es tan clara que nadie tiene por qué extraviarse a menos que permita que sus tendencias heredadas y cultivadas lo lleven a hacer el mal”. (Alza tus ojos, pág. 123)

 

En principio, el párrafo pareciera estar aportando la solución al problema de extraviarse. Sin embargo, así como está presentado, pareciera que está explicando la existencia misma de todas las doctrinas falsas: las personas que asisten a esas iglesias, no leen la biblia.

También dice que hay tendencias que lo pueden llevar a “hacer el mal”. No se lo permitan, dice. Se nota que la autora no creía en la existencia de tendencias permisivas. En vez de evitar que las tendencias lo lleven a hacer el mal, deberían evitar el mal y listo, así se ahorran un paso.

Pero hay otro problema, todas las personas del mundo tienen esas tendencias que señala la autora, tanto las cultivadas como las heredadas. Entonces, es como si hubiera dicho: nadie tiene por qué extraviarse, a menos que esté extraviado de antes.

Lo primero que lograrán esas tendencias, es que interpreten mal esa biblia que tienen en la mano. Entonces, mejor hubiera explicado cómo se hace para no permitirlo, porque son realmente muchos los extraviados, les vendría bien saber cómo se hace.

La otra cosa que lograrán esas tendencias, es que sigan toda la vida en la misma iglesia y doctrina que heredaron. Allí le dicen que su doctrina es la única correcta y todas las otras son erróneas y enemigas de la verdad. Eso es porque han cultivado la idea que su doctrina es la única que realmente está basada en la biblia.

Hay al menos una cosa que se puede concluir al respecto, no debe estar todo tan claro como la autora afirma.

Por otra parte, nadie cree haberse extraviado, eso es porque Satanás les ha convencido que han transitado sabiamente los caminos correctos. No a todos seguramente, pero correspondía que apareciera Satanás, dado que Cristo no estaba.

Entonces, la solución que da la autora al problema de extraviarse, es nada, como todo el resto.

 

2 Juicio privado

 

(En la biblia) “Las grandes verdades necesarias para la salvación están presentadas con tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie equivocará o perderá el camino, salvo los que sigan su juicio privado en vez de la voluntad divina tan claramente revelada”. (El camino a Cristo, pág. 79)

 

Este párrafo, al menos está más específico: no hay que hacer un juicio privado. Sin embargo, es por esa razón que la gente suele quedarse en la iglesia en la que nació, por creer en lo que dicen sus predicadores.

Sin embargo, tal vez la autora quiso decir que cualquiera puede recibir esas revelaciones, solo tiene que evitar distorsionarlas. Sin embargo, no ha presentado ninguna enseñanza bíblica que enseñe a hacerlo bien, o incluso que respalde esa idea.

Esto es más de lo mismo, tal parece que la autora creía que millones de personas tienen doctrinas falsas, porque han malinterpretado la biblia con juicios privados. Pues no parece muy reveladora esa palabra, si no la entenderá nadie a no ser que se interprete todo como lo dice la autora.

Eso pasa también con las otras doctrinas, hacen lo que les dicen sus líderes o sus intérpretes de la palabra. ¿No será que eso pasa porque en la biblia nada está claro?

Otro interrogante es: ¿Por qué en vez de tantas enseñanzas de posibles errores a cometer, no hacen lo que la biblia dice? Por ejemplo, lo siguiente:

 

Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?” Y entonces les declararé: “Jamás os conocí; apartaos de mí, los que practicais la iniquidad”. Por tanto, cualquiera que oye estas palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” (S. Mateo 7: 22-24)

 

Muchos dicen: Señor, Señor y acto seguido le presentan un lista de cosas que solo un cristiano verdadero puede hacer. La respuesta del Señor, parece ser una contradicción: poner en práctica la palabra.

Sin embargo, al menos como conclusión rápida, podemos decir que no es lo mismo hacer cosas propias de los cristianos, que poner la palabra en práctica. Trabajar para la causa de su iglesia, tampoco.

Entonces ¿perderá el camino, alguien que logra poner en práctica las enseñanzas de Cristo, tal como enseña ese párrafo?

Cualquiera que haya al menos intentado ponerla en práctica, sabrá que no podrá hacerlo mientras siga con esas tendencias heredadas y cultivadas que antes mencionó, ni con los juicios privados, ni con otros impedimentos que a la autora se le pudiera ocurrir.

Por ejemplo, no podrá amar al enemigo como Cristo ordenó y al mismo tiempo conservar tendencias heredadas.

Ni siquiera hace falta intentarlo, puede razonarse. Lo lógico sería que no fuera posible hacerlo y al mismo tiempo andar extraviado. Si fuera posible, entonces lo que dijo Cristo no sería verdad. O definitivamente nada está clarito.

Entonces, ¿por qué tantos consejos por parte de la autora? Salvo esto, salvo lo otro, excepto lo de más allá. Si le hicieran caso a la enseñanza de Cristo, esas salvedades ya no serán necesarias.

Según ese párrafo bíblico, habrá muchos que dirán Señor, Señor, creyendo haber obrado en nombre de Dios. Habrá que tener en cuenta eso antes de confiar en la solución que nos dan los demás.

 

3 Se espacian

 

Si tenemos siempre presentes las acciones egoístas e injustas de otros, encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos ha amado; pero si nuestros pensamientos se espacian continuamente en el maravilloso amor y piedad de Cristo por nosotros, manifestaremos el mismo espíritu para con los demás”. (El camino a Cristo, pág. 108)

 

Esta es una típica enseñanza de la autora con el objetivo de eludir poner en práctica la palabra.

En principio, debería haber dicho: encontraremos que es imposible amarlos como Cristo nos ha ordenado. O también: encontraremos que es imposible ser sus discípulos. Todavía no le conocen ni son sus discípulos, ¿cómo van a saber siquiera que les ha amado? La autora ha sacado contexto una enseñanza de Cristo, o incluso ha leído mal, después dice que está todo clarito.

Entonces, ante la imposibilidad de cumplir con los mandamientos de Cristo, por no decir, ante el fracaso, la alternativa es recurrir a una forma de meditación que consiste en “espaciarse”, en un Cristo que no conocen.

Si no han logrado amar al prójimo, o no pudieron dejar de juzgar al prójimo, entonces no le conocen. Se espaciarán entonces en quien sabe qué, y reflejarán vaya a saber qué espíritu. Además, nada de eso está en la biblia, eso sí está claro.

La única forma de tomar la alternativa de “espaciarse” en algo que no conocen, es siguiendo a los demás. Seguramente por eso la autora no quería que se hagan un juicio privado.

 

4 Correcto equilibrio

 

La Palabra de Dios, cuando se estudia cuidadosamente y con oración, mantiene a los hombres en un correcto equilibrio. En ella encontramos claramente definido el camino de Dios. Ninguno que escudriña con sinceridad la Palabra andará en tinieblas”. (Alza tus ojos, pág. 19)

 

Evidentemente la autora creía que el engaño y la sinceridad no eran compatibles, lo dice también en otras partes:

 

Tenemos abundantes evidencias de que en la iglesia de Dios la maleza crece junto con el trigo. Hay cristianos sinceros en la iglesia y también los hay tibios”. (Alza tus ojos, pág. 33)

 

Esa es una idea totalmente equivocada. La sinceridad es necesaria para estar engañado, si no fuera sincero sería un engañador, no solamente un engañado. A no ser que la autora creyera que todos los que tienen a un Cristo falso, están conscientes de su condición y por eso deliberadamente fingen durante toda su vida que su doctrina es la correcta.

Creer que el engaño no afecta a quien lee la biblia, o decir que en la biblia está todo clarito, es más o menos lo mismo.

 

Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”. (Santiago 1:22)

 

No hay muchas opciones según ese párrafo bíblico, oidores que se engañan y hacedores de la palabra. Es decir que sí pueden extraviarse o andar en tinieblas, lo harán si no son hacedores.

Pero no para la autora, que claramente tenía sus propias ideas. Para ella, el sincero no será engañado porque ha encontrado la opción: son oidores de la palabra, pero no se engañan sí mismos. Para lograr eso, ha ideado mil artificios.

 

5 Ferviente y sincero

 

La Palabra de Dios es su refugio. Es una torre de fortaleza, en la que puede refugiarse y estar seguro. El investigador ferviente y sincero de la verdad no confundirá la verdad con el error”. (Alza tus ojos, pág. 123)

 

Siguen apareciendo nuevas razones que explican la existencia de doctrinas falsas. Sin embargo, los que practican una de esas doctrinas, confundirán la verdad por más investigación sincera que hicieren. Ahora también le agregó “ferviente”, pues irán empeorando.

No confundirá, dice. Sí confundirá.

Hagamos un supuesto, que algún miembro de una congregación distinta a la de la autora, realice esa investigación sincera ferviente y con oración. Debería entonces quedar convencido que la doctrina de la autora es la correcta y la suya errónea. O la autora se equivoca.

 

6 Sus propias ideas

 

Los que tratan de interpretar la Palabra de acuerdo con sus propias ideas, los que la leen ajustándola a sus propias opiniones, nunca verán la verdad y morirán en sus pecados”. (Alza tus ojos, pág. 123)

 

Otra salvedad. Tantas salvedades para algo que está más que claro, parece una contradicción en sí misma.

Los que tratan de ajustar la biblia a sus opiniones, morirán en sus pecados, dice, como si las propias opiniones no pudieran ser fervientes y sinceras. O como si las ideas propias no fueran compatibles con la sinceridad. Antes había dicho: ferviente y sincero.

¿Cómo puede alguien ser sincero y al mismo tiempo no recurrir a sus propias ideas? Creyendo sinceramente en lo que le dijeron, esa es la única manera.

Por otra parte, el párrafo señala dos errores muy puntuales: “sus propias opiniones”, “sus propias ideas”. Tan graves son esos errores, que morirán en sus pecados. Nada puede ser más grave que eso.

Sin embargo, no dice lo más importante, son dos errores realmente muy fáciles de cometer, casi infantiles. Por eso nadie cree haberlos cometido. De hecho no lo hacen, eso explica que haya tantos fieles en cada una de las congregaciones cristianas en el mundo. Nadie quiere cometer el error de recurrir a sus propias ideas.

Entonces, una cosa se puede deducir, no están equivocados por seguir sus propias ideas, creen lo que dicen en sus iglesias. ¿Tiene la autora una solución para eso también? Tal vez en la biblia está la solución.

El interrogante casi inevitable a esta altura es: un investigador sincero, que estudia la biblia sin conocer la lista completa de salvedades que la autora enseña, pero que no están en la biblia ¿Confundirá la verdad con el error?

 

7 Invenciones humanas

 

Párrafos resumidos: (Alza tus ojos, pág. 129)

 

Dios otorga luz a los hombres, pero muchos están llenos de un espíritu dominante y de autosuficiencia; y luchan para llevar adelante sus propias ideas”

Sus mentes están en primer lugar, como si Dios debiera servirles a ellos”.

se introducirán invenciones humanas que los apartarán de la verdad bíblica”

 

Dios otorga luz, pero muchos están llenos de un espíritu dominante, dice la autora. ¿De verdad le pareció buena idea decir luz, justo ahí?

Solo faltó que dijera: -Dios otorga luz, pero a veces alumbra, a veces no, depende de a quién esté alumbrando-.

Se parece un poco al siguiente párrafo:

 

Hubo un país donde, aunque la luz logró penetrar, las tinieblas no permitieron apreciarla”. (El conflicto de los siglos, pág. 308)

 

¿La obscuridad no les dejó ver la luz? Pero eso sí que está bueno.

Sus mentes están en primer lugar, dice. Pero no explica cómo se hace evitar hacer eso. ¿Por qué no explica bien? Al menos debería apoyar sus dichos con la biblia ya que está hablado de eso.

Hay una explicación, lo que está diciendo es que hay muchos que afirman haber recibido luz y por eso luchan por sostener esas ideas como si provinieran de Dios, cuando en realidad son invenciones propias. Debería haberlo dicho así, más fácil.

El problema con esa idea está en que si alguien intentara descubrir a un predicador así, no tendrá más opciones que recurrir a su propia mente, o a sus propias ideas, o incluso a Dios para que le ayude, lo cual la autora en el mismo párrafo pide que no se haga. Entonces por eso no lo había dicho así.

Se introducen invenciones humanas, dice la autora que tal vez creía que la gente era tonta. Los que introducen ideas humanas, siempre tienen la precaución de decir que han sido inspirados por Dios. ¿Tenía también una solución para eso?

A esta altura, se podría hacer una lista, detallando los métodos de la autora para entender la biblia:

 

Tener la palabra al alcance

Estudio cuidadoso y con oración

Ser sinceros

Espaciarse

Investigación ferviente

No seguir un juicio privado

No seguir tendencias heredadas y cultivadas

No ajustar la palabra a las propias opiniones

No ajustar la palabra a las propias ideas

No tener la mente en primer lugar

No tener espíritu dominante

No tener autosuficiencia

No introducir invenciones humanas

 

Los que usan esos métodos, seguramente hacen todo eso, toda la vida. Eluden así poner en práctica la palabra para después morir en sus engaños.

Esa, es una salvedad que la autora no aportó.

 

8 Nadie tiene por qué tropezar

 

Cristo hizo tan sencilla esta Palabra, que al leerla nadie tiene por qué tropezar. Lea y comprenda el humilde morador de la choza la Palabra dada por el más sabio de los maestros que el mundo ha conocido alguna vez, y no habrá alguien más grande que él entre los reyes, gobernantes, estadistas y los hombres más altamente educados del mundo...” (Alza tus ojos, pág. 50)

 

¿Cómo sabe la autora que el morador de la choza comprenderá? No sabe. Excepto claro, que el de la choza tenga también a mano esa lista de salvedades y que el más sabio de los maestros olvidó dárnosla. Deberían publicarla en alguna revista de difusión popular.

¿No podrían los gobernantes del mundo comprender la palabra mientras el de la choza no? Podrían, pero no lo dijo así, seguramente porque no sonaría tan poético.

 

no habrá alguien más grande que él”.

 

Diez a uno, a que el morador de la choza no entenderá -jota-, lo que dice la biblia. Cien a uno, que sí habrá más grandes que él, más todavía si son los más educados del mundo.

 

9 Los niños podían comprenderla

 

Los primeros discípulos fueron humildes pescadores de Galilea. Su enseñanza fue tan sencilla que los niños podían comprenderla.” (Alza tus ojos, pág. 55)

 

Mentira, los niños no podían comprenderla. También dice:

 

Cristo observaba a los niños en sus juegos, y a menudo expresaba su aprobación cuando obtenían una victoria inocente en alguna cosa que estaban decididos a hacer. Entonó cantos para esos niños utilizando palabras dulces y benditas. Ellos sabían que los amaba. Nunca les frunció el ceño. Compartió sus gozos y tristezas infantiles. A menudo recogía flores y después de señalarles su belleza, se las dejaba como regalo. Él había hecho las flores y se deleitaba en señalar su hermosura”. (Alza tus ojos, pág. 55)

 

Nada de eso está en la biblia, pero suponiendo que fuera verdad que la autora recibía visiones provenientes de Dios, entonces esas visiones nos hacen saber cosas que antes no eran necesarias, pero ahora sí. Por ejemplo: nunca les frunció el ceño.

También dijo:

 

Estos niños eran su herencia. Sabemos que vino para rescatarlos del enemigo mediante su muerte sobre la cruz del Calvario”. (Alza tus ojos, pág. 55)

 

En otros escritos, la autora dice lo siguiente:

 

En la destrucción absoluta de que fueron víctimas como nación y en todas las desgracias que les persiguieron en la dispersión, no hacían sino cosechar lo que habían sembrado con sus propias manos”. (El conflicto de los siglos, pág.39)

 

Este párrafo habla de la total destrucción de Jerusalén. Menos mal que vino a rescatarlos. Menos mal que eran su herencia.

 

10 Cambiados a su semejanza

 

Pero los que concentran su estudio en la Palabra de Dios, los que excavan en busca de los tesoros de la verdad, apreciarán los importantes principios que enseña, y los asimilarán. Como resultado de ello llegarán a estar imbuidos con el Espíritu de Cristo, y mediante la contemplación serán cambiados a su semejanza”. (Alza tus ojos, pág. 102)

 

Podría haber aprovechado para mostrar en que parte de la biblia está ese método de escavar esos tesoros, sobre todo la parte donde dice que se los encuentra concentrándose en el estudio y luego se asimila.

O al menos debería haber presentado algún fundamento, aunque no esté en la biblia, pero algo. Esto es más de lo mismo, ahora también es posible, con el método que presenta, llegar a estar “imbuidos con el Espíritu de Cristo”.

Eso es claramente otra mentira.

 

11 Sencillo y confiado

 

Cuanto más a menudo se lee el Nuevo Testamento, más instructivo es. Ninguno se cansa de sus palabras hermosas, porque son semejantes a piedras preciosas. Cuanto más profunda sea la investigación que se haga en ellas, tanto más nueva y más espléndida será la luz reflejada por las mismas. Cuanto más estudiemos la Palabra con corazón sencillo y confiado, más comprenderemos la senda por la que debemos andar a fin de alcanzar el Paraíso de Dios”. (Alza tus ojos, pág. 52)

 

Ahora sí parece que se la fue la mano. Estudiar la Palabra con corazón sencillo y confiado.

Pues no sean tan confiados, esa sería una buena enseñanza, porque podría venir alguno, con la certeza que ha escavado y extraído nuevas luces, a enseñar cosas que cree haber obtenido, mientras los otros no se lo pueden refutar, porque no han llegado a realizar tal magnitud de búsqueda.

 

Cuanto más profunda sea la investigación que se haga en ellas, tanto más nueva y más espléndida será la luz reflejada por las mismas”

 

Esa parte podría ser verdad, con solo no haber investigado mucho antes, ya se puede ir encontrando cosas nuevas. Aunque eso pone en duda lo que dijo antes. ¿Qué tanto más tiene que conocer la senda alguien que transita por ella sin extraviarse?

Sin embargo, ahora sí, por fin pareciera que ha encontrado la verdadera razón de la existencia de tantas doctrinas falsas, es porque la gente se resiste a refutarle al predicador, que de seguro sabe más porque investigó más.

 

-cuanto más profunda la investigación, tanto más espléndida la luz-.

 

12 Falacias humanas

 

La Escritura es la llave que abre la Escritura. Las suposiciones de los hombres no tienen valor. Debe ejercerse gran cuidado para que en ella no se introduzcan falacias humanas”. (Alza tus ojos, pág. 84)

 

La escritura es la llave que abre la escritura”: Menos mal que eso no es verdad, no la podría abrir nadie.

Hay que tener cuidado de las falacias humanas, dice ahora. Se nota que a la autora le gustaba enfatizar. Ya antes había dicho que la biblia debía estar al alcance de la mano.

Para empezar, habría que buscarlas en los dichos de la autora. Por ejemplo:

 

El pecador no podría ser feliz en la presencia de Dios; le desagradaría la compañía de los seres santos. Y si se le pudiese permitir entrar en el cielo, no hallaría alegría en aquel lugar”. (El camino a Cristo, pág. 13)

 

No es un decreto arbitrario de parte de Dios el que excluye del cielo a los malvados: ellos mismos se han cerrado las puertas por su propia ineptitud para aquella compañía”. (El camino a Cristo, pág. 14)

 

Falsa disyuntiva: el pecador no puede entrar al cielo, pero lo puso igual para poder descartarlo después de haberlo comparado con los santos.

Demagogia: repudia al allí llamado: “pecador”, para que el lector, por descarte, no crea ser parte de ese grupo de los excluidos.

Desde el mando: enumera solo las consecuencias negativas de no obedecer lo que ha decretado. Así evita probar la veracidad de las razones de la existencia del decreto que menciona.

Falsa correlación: La ineptitud que tienen para aquella compañía, no es propia ni se han cerrado ellos mismos las puertas como dice el párrafo. Esa ineptitud proviene del fin del tiempo de gracia, eso le impide cambiar o adaptarse a aquella compañía.

Relación espuria: Mientras afirma haber encontrado la razón (no ser feliz) que justifica el decreto que los expulsa; la verdadera razón (ya no va a cambiar) proviene de otro decreto de cuya existencia no ha encontrado la razón.

Causa falsa: es mentira que el pecador no sería feliz por razón de la compañía de los santos, eso le pasa a cualquiera que esta sólo entre extraños.

Conclusión apresurada: el pecador no hallaría alegría en el cielo. Siempre y cuando, antes no se le ocurra agarrar un palo o una piedra y correrles a todos esos santos, ad infinitum. Además, así cumpliría con la biblia, la cual dice que los santos serán perseguidos.

Verdad a medias: no solo los malvados serán expulsados, también los que no aman al prójimo y los que no le dan de comer a los que tienen hambre. Además, no solamente los malvados son ineptos para la compañía de los santos, los santos también son ineptos para la compañía de los malvados.

Omisión: -no le gustará aquella compañía, por eso no sería feliz-, dice la autora. Pero si un pecador estuviera en el cielo, se alegraría de estar ahí y no en el infierno. Incluso estaría mejor en que el mundo, porque ya tendrá todos estos males que en el mundo le aquejaban.

Falsa vivencia: la autora describe con detalles lo que le pasa a alguien que está en una situación imaginaria, pero esos detalles logran que el lector lo experimente como real.

Heurística: Según el párrafo, no es el engaño lo que impedirá al pecador entrar, sino su infelicidad. Quien crea eso, en vez de eliminar sus engaños, que es lo único que le impedirá ir al cielo, tratará de adquirir los hábitos que le harán feliz entre los santos.

Efecto dominó: el primer párrafo menciona un infeliz solitario en el cielo, el segundo menciona unos malvados, que ya son muchos, pero le atribuye la misma característica del que está solo. Eso no es verdad, más bien al revés, los santos no serían felices con los malvados.

Eludir la carga de prueba: “su propia ineptitud para aquella compañía”. Eso lo puede decir solo porque el cielo ya es de los santos. El pecador no puede probar que es apto, sencillamente porque ya está excluido. Si los malvados fueran los dueños, los santos tampoco podrían probar que son aptos para “aquella” compañía.

Menos mal que no había que introducir falacias. También dijo:

 

Las suposiciones de los hombres no tienen valor”.

 

13 El ejemplo de Cristo

 

Todo estudiante debe ser instruido para que pueda exponer la Palabra con claridad, de acuerdo con el ejemplo que Cristo dio en su enseñanza. Él no dijo nada para satisfacer la curiosidad o para estimular la ambición egoísta. No se dedicó a especular acerca de teorías abstractas, sino solamente lo que era esencial para el desarrollo del carácter.” (Alza tus ojos, pág. 84)

 

Cristo no dijo esto, no dijo aquello. Si va a decir las cosas que Cristo no dijo, que diga bien, porque tampoco dijo nada que tenga que ver con el desarrollo del carácter como ahí mismo afirma.

No dijo que el estudiante debe ser instruido a proceder de acuerdo con el ejemplo que Cristo dio en su enseñanza. Ni siquiera dio esa enseñanza.

No dijo que la escritura abriría la escritura.

No dijo nada acerca de teorías especuladas o abstractas.

No dijo nada acerca de la curiosidad.

No dijo que en la biblia está todo claro.

No dijo nada de todo el resto de lo dicho por la autora.

 

14 Presentación clara y directa

 

Enseñaban como doctrina mandamientos de hombres. No debemos buscar revelaciones que no han sido hechas en la Palabra de Dios. Debemos presentar la clara enseñanza de la Biblia en la sencillez con que lo hizo Cristo. Los hombres que ocupan altas posiciones de confianza en el mundo quedarán encantados con la presentación clara y directa de las declaraciones bíblicas acerca de la verdad”. (Alza tus ojos, pág. 84)

 

Primero convencía, después exageró, pero ahora directamente se burla de sus lectores. Primero, porque nada de lo que allí dice es verdad, la predicción: “quedarán encantados”, menos.

Además, porque la autora no deja de hacer lo que ahí dice que no “debemos” hacer. ¿No debemos buscar revelaciones? Pues a través de sus escritos, no deja de decir “me ha sido revelado”, “vi”, “me ha sido mostrado”, cientos de veces.

Pero claro, los adventistas tienen una respuesta para eso: -no necesitamos esas revelaciones- dicen, -pero es bueno contar con la ayuda de la “luz menor”-. Por supuesto, eso también es una burla. Lo dicen como si fuera bueno hacer lo que la misma autora dice que “no debemos”.

Como si fuera que Dios le va a dar miles de visiones a alguien, por las dudas a ver si les sirve. Ni siquiera explican para qué quieren una luz menor, si la biblia expone todo como la luz del mediodía. Al mediodía las luces no son necesarias, menos si es “menor”. Menos aún si dice cosas que no están en la biblia, una y otra y otra vez.

 

15 Tal como está escrita

 

Todo lo que Jesús les pide es que acepten la verdad del Evangelio tal como está escrita. Sus requerimientos son sencillos y precisos. Todo lo que Dios pide de ustedes es que crean su palabra, que acepten el "así dijo el Señor". (Alza tus ojos, pág. 142)

 

Todo lo que Jesús pide, dice la autora, que a veces más que enfatizar, sus ganas de tener razón le sobrepasaban. ¿No será que a la biblia de la autora le faltaban algunas páginas? Eso explicaría muchas cosas.

Sus requerimientos son sencillos dice ahora, otra vez distorsionando la palabra. Que la doctrina cristiana pueda ser calificada de sencilla, no quiere decir que sus “requerimientos” sean sencillos.

De hecho son cosas opuestas, para alguien que no la conoce, nada les resultará sencillo. Entrar en el reino de Dios, menos todavía.

A continuación del párrafo anterior, dice:

 

Los requerimientos de Dios son sus comunicaciones a la familia humana. Les habla como a instrumentos inteligentes y capaces de razonar, responsables de rendirle el fruto de la justicia”. (Alza tus ojos, pág. 142)

 

Pero no muestra en qué parte de la biblia está eso que dice ahí, sobre la familia humana. No muestra en que parte de la biblia dice: “capaces de razonar”. Tampoco muestra dónde dice que todo lo que Jesús pide, es que acepten la verdad del Evangelio tal como está escrita.

El interrogante es, ¿tuvo que decir justo ahí que sus requerimientos eran precisos? Esos ni siquiera eran los requerimientos.

El siguiente párrafo muestra cómo hace la autora para aceptar la palabra -tal como está escrita-:

 

Al consagrarnos a Dios, debemos necesariamente abandonar todo aquello que nos separe de él. Por esto dice el Salvador: "Así, pues, cada uno de vosotros que no renuncia a todo cuanto posee, no puede ser mi discípulo" (S. Lucas 14: 33). Debemos dejar todo lo que aleje el corazón de Dios”. (El camino a Cristo, pág. 39)

 

Para la autora “tal como está escrita”, significa: cambiar a su parecer, todo lo que está escrito.

La biblia dice: “renuncia a todo cuanto posee”. Pero la autora, sin que le tiemble el pulso dice: “abandonar lo que nos separe de Él”.

Además, justifica sus declaraciones diciendo de antemano: “por esto dice el Salvador”, como si hubiera descifrado la mentalidad de Cristo, como si Cristo lo necesitara.

Finalmente dice: “dejar todo lo que aleje el corazón de Dios”, eso no tiene nada que ver con lo que Cristo ha dicho. Mejor no hubiera dicho que sus requerimientos eran precisos.

Aquí hay algo sencillo y muy preciso:

Dejar y abandonar: -así no dijo el Salvador-.

 

Todo el que viene a mí y oye mis palabras y las pone en práctica, os mostraré a quién es semejante: es semejante a un hombre que al edificar una casa, cavó hondo y echó cimiento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el torrente dio con fuerza contra aquella casa, pero no pudo moverla porque había sido bien construida”. (S. Lucas 6: 47-48)

 

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