domingo, 8 de septiembre de 2024

Escrito no está. Visiones de Elena de White

Los siguientes párrafos pertenecen a libros escritos por Elena G. de White, profeta de la iglesia adventista del séptimo día.

En casi todos sus escritos, Elena de White solía decir cosas como “vi”, o “me ha sido mostrado”, etc. Todas se refieren a visiones que decía recibir de Dios.

 

La Escritura atesorada en el corazón

 

Durante toda su vida terrenal fue menospreciado y se lo comprendió mal, aun entre los miembros de su propia familia.

Satanás estaba constantemente sugiriendo a sus hermanos, los hijos de José, críticas acerca de quien parecía tan distinto a ellos. Rehusó cada invitación al mal, porque no se lo podía persuadir a que aceptara hacer lo malo o a desviarse en lo más mínimo del "escrito está". Parecía tener la Escritura atesorada en el corazón y la mente. Rara vez reprendió la conducta de sus hermanos, pero siempre tuvo una palabra de Dios para decirles: "Escrito está" (Alza tus ojos, pág. 52)

 

Ese párrafo habla de Jesús niño. Lo primero que hay que aclarar es que esto no es un fragmento de alguna novela fantástica ni nada, proviene de alguien que en serio decía tener visiones.

Lo que más llama la atención son los detalles, no solamente la precisión, sino la cantidad. Esos relatos están llenos de elementos que no están en la biblia ni en ninguna otra parte. Por ejemplo, dice:

 

Rara vez reprendió la conducta de sus hermanos”

 

Hay que conocer la totalidad de la infancia y juventud de Jesús para poder decir una frase como esa: “rara vez”. Si hasta parece un despropósito haber visto toda la vida de Cristo en visiones, para después resumirla así. Ni siquiera explicó por qué lo hizo “rara vez”. Si no aporta las razones, no sirve de mucho.

Mejor hubiera sido si explicaba por qué no aprovechó que era Jesús, para reprender como tenía que ser. Tal vez dio cuenta que no estaba funcionando la reprimenda y por eso desistió.

En vez de contar bien como era, nos deja con un montón de dudas.

 

Satanás estaba constantemente sugiriendo a sus hermanos”

 

Aun así, Jesús, “rara vez” los reprendía. En su afán de mostrar a un Jesús tolerante y a un Satanás perseverante, dejó a Satanás como exitoso y a Jesús no pudiendo hacer nada. O peor, pudiendo hacer no hacía.

 

Parecía tener la Escritura atesorada en el corazón y la mente”.

 

¿Cómo que parecía? Ahora lo resume con opiniones.

También dice que Cristo “parecía” distinto a sus hermanos ¿a quién le parecía distinto, a la autora? Porque más adelante dice que sus hermanos le acusaban de procurar ser distinto. Pero entonces no creían que fuera distinto, por más que procuraba.

Se nota que cuando la autora tenía visiones, eran literalmente visiones, no ideas. Porque solo así pudo opinar que parecía distinto.

¿Por qué Dios habría de revelarle a alguien, tantos detalles insignificantes e imprecisos sobre la vida de Cristo? Es como si repentinamente la humanidad necesitara cierta información que no estuvo disponible todos estos siglos.

Tampoco explicó esa parte, pero lo inquietante es que algunos de ellos, sino todos, no son tan insignificantes, algunos son incluso determinantes para la doctrina adventista al menos. Por ejemplo, el siguiente:

 

pero siempre tuvo una palabra de Dios para decirles: Escrito está"

 

También dice que no se desviaba en lo más mínimo del “escrito está”. Eso sí que es poco creíble. El que haya leído la vida y enseñanzas de Cristo, sabrá que eso no está en la biblia.

Aun siendo el “escrito está”, un dicho propio de los judíos, no coincide con la manera de hablar o de enseñar de Cristo. Sin embargo la autora, con información que dice provenir del cielo, dice no solamente que así era, sino que así hay que proceder.

 

Arma defensiva

 

"Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado" (Mat. 28:20). Quienes hagan esta obra deben conocer bien las Escrituras. "Escrito está" ha de ser su arma defensiva. (Alza tus ojos, pág. 56)

 

Lo que dice ese párrafo sobre usar esa arma defensiva, no coincide con el párrafo bíblico que presenta para respaldar sus dichos.

Debería haber mostrado dónde está el mandato de usar el “escrito está”, para que al menos haga juego con lo que está diciendo. O mejor aún, debería haber lo de siempre: “vi”, “me ha sido mostrado”, así al menos no se le puede refutar.

La “obra”, a la que se refiere el párrafo, quiere decir la tarea evangelizadora. Es decir, están por salir a enseñar la palabra y lo primero que agarran es un arma defensiva. Pero al menos es coherente con la situación, sin un arma no se podría defender una doctrina como esa.

Lo malo que tiene esa idea, es que las demás doctrinas también suelen usar métodos de defensa. Tal vez por eso no pueden hacer mucho, nadie desiste, todos salen armados.

Todas las doctrinas creen tener respaldo bíblico a sus enseñanzas. ¿Creía la autora que los demás congregaciones no conocían la biblia? Es decir, no es posible presentar un -escrito está- ante todas las declaraciones que hagan los que practican otras doctrinas. Más bien, ante ninguna.

 

Mirad, yo os envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas”. (S. Mateo 10:16)

 

escrito está”, como arma defensiva en la tarea evangelizadora: escrito no está.

 

Las máximas y tradiciones

 

Los siguientes son párrafos de libro: El deseado de todas las gentes, hablando de un Cristo joven o niño:

 

cuando se le reprendía por sus propias costumbres sencillas presentaba la Palabra de Dios en justificación de su conducta”. (Pág. 64)

Le instaban a recibir las máximas y tradiciones que habían sido transmitidas desde los antiguos rabinos, pero él pedía verlas autorizadas en la Santa Escritura”. (Pág. 64-65)

Jesús parecía conocer las Escrituras desde el principio al fin, y las presentaba con su verdadero significado. Los rabinos se avergonzaban de ser instruidos por un niño”. (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Primero dice que los rabinos no interpretaban bien la palabra, pero después dice que se avergonzaban cuando el niño Jesús les enseñaba. Eso quiere decir que ahí sí entendían y se daban cuenta de todo.

Incluso puede ser que sabían interpretarla de antes, pero deliberadamente la tergiversaban y no esperaban que alguien se diera cuenta, menos un niño.

Eso es simplificar realmente todo. Los rabinos enseñaban la doctrina y determinaban como era la vida espiritual y social de los judíos. Si hubieran hecho todo tan mal como insinúa la autora, Jesús no hubiera podido predicar ni tener discípulos. No habría podido decir nunca: -sígueme- a nadie. Le habrían contestado cualquier cosa.

Cristo les dijo a sus discípulos que prediquen la palabra a los judíos, pues no hubiera habido judíos siquiera, menos aún receptivos a la palabra, sin los rabinos. Jesús ni siquiera hubiera sabido leer.

Entonces, decir que los rabinos hacían todo mal, sabiendo que estaba mal, sirve para no aprender nada de todo esto, porque nadie cree estar haciendo eso.

Después dice: -pedía verlas autorizadas en la biblia-. Que la autora no les quería mucho a los rabinos, eso no hace falta ya decirlo, pero inventar un diálogo donde Cristo y los rabinos argumentan cual si fueran dos tontos de acá a la vuelta cuando discuten de religión, es medio barato todo.

No es posible autorizar con la biblia a las tradiciones de ninguna iglesia, incluyendo la adventista. Aun así, todos creen y aseguran no estar en contra de la biblia.

 

Autorización para sus tradiciones

 

Sabían que en las Escrituras no podían encontrar autorización para sus tradiciones. Se daban cuenta de que en comprensión espiritual, Jesús los superaba por mucho”. (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Otra vez dice que sabían, pero no dice si sabían de antes, o porque Jesús les enseñó. Porque la cuestión acá es ¿sabían que debían estar autorizadas en la biblia?

Suponiendo que sí, entonces la gente en general también sabía. Es decir, todos hacían todo mal, sabiendo que estaba mal. Eso es, otra vez, poco creíble.

Tampoco dijo dónde estaba escrito que las tradiciones debían estar autorizadas en la biblia. Porque para pedir esa autorización, repentinamente ya no necesitó utilizar el “escrito está”. Tal vez lo utilizaba solo cuando la autora le autorizaba.

O tal vez la autora creyó que los rabinos eran tontos y por eso no se les ocurrió hacerle ese planteamiento a Cristo.

Primero dice que sabían lo de las tradiciones, después dice que se daban cuenta que Jesús los superaba en la comprensión. Pero no pueden ser las dos cosas, porque si ellos sabían y Jesús sabía, estaban iguales no superados.

A no ser que se hayan dado cuenta por otras razones que la autora no explicó.

 

Actitud disidente

 

Sin embargo, se airaban porque no obedecía sus dictados. No pudiendo convencerle, buscaron a José y María y les presentaron su actitud disidente. Así sufrió él reprensión y censura”. (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Buscaron a María y a José, pero no explica que hicieron ellos. Lo más probable es que intentaron convencerle también, porque si se negaron a colaborar, les habrían perseguido a ellos, no a Jesús. Habrían creído que ellos le enseñaron. Es evidente que la represión y la censura que ahí menciona, fueron por parte de María y José.

La pregunta es ¿correspondía oponerse a los rabinos? Porque estamos viendo que solo Jesús lo hacía, todo el resto de la población, no. No hacer lo que corresponde, es lo mismo que hacer lo que no corresponde.

Entonces ¿por qué la autora se las agarra con los rabinos? Podría haber denunciado lo de José y María, que al parecer también seguían las tradiciones a pesar de que Jesús ya les había dicho, seguramente. Pero no dice si a ellos también les pedía ver autorizadas en la biblia sus tradiciones. O a todos los otros.

¿No será que José y María buscaran a los rabinos para presentar la actitud disidente de Jesús? Esa sería la única explicación.

 

Pero la influencia de los rabinos le amargaba la vida. Aun en su juventud tuvo que aprender la dura lección del silencio y la paciente tolerancia”. (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Sus padres le censuraban porque querían que hiciera las cosas mal como ellos, pero los que le amargaban la vida eran otros, ese debe ser el único caso así en la historia de la humanidad.

Lección del silencio dice, cuál silencio si no dejaba de presentar el “escrito está”. Además, por qué el silencio ¿no era mejor decir lo que sabía?

Paciente tolerancia, más o menos, ¿qué podía haber hecho? Si no podía hacer nada, entonces era resignación, no tolerancia. O peor, ineficiencia. Y si podía pero no hacía, entonces era negligencia, o incluso complicidad, como lo de José y María.

Al principio había dicho: “Rara vez reprendió la conducta de sus hermanos”, como si ese dato sirviera de algo. Paciente tolerancia, dice ahora, disfrazando una incapacidad como si fuera una virtud. Además, si podía actuar y hablar tan distinto a todos, es porque le dejaban. La tolerancia más bien era de los otros.

El asunto es que, mil visiones tuvo la autora sobre la vida de Cristo, la vio toda como si fuera una película, pero ahora nos dice todo por la mitad. Debería haber sido más generosa y compartir todo lo que había visto y no solo lo que opinaba al respecto.

 

Formación del carácter

 

En edad muy temprana, Jesús había empezado a obrar por su cuenta en la formación de su carácter”

La declaración: "Escrito está" constituía su razón por todo acto que difería de las costumbres familiares”.

(El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Tanto, “La formación del carácter”, como el responder todo con un “escrito está”, no solamente son ideas que claramente -escritas no están-, sino que son obsesiones que tenía la autora repetidas ad nausean en todos sus escritos.

Los mismo pasa con “espaciarse en Cristo”, o “imitar al modelo”. También cada vez que decía algo como “tierna compasión”, o “tierna consideración”, “tierna invitación”, y todas las formas de ternura para referirse a las acciones de Dios.

En el libro “Mensajes para los jóvenes”, también escrito por la misma autora, habla sobre la importancia de formar el carácter en aproximadamente ciento cincuenta ocasiones. Sin embargo, la formación del carácter es una idea de la autora, no un ejemplo de Cristo.

Por otra parte, el silencio y la tolerancia no eran parte de su carácter, a no ser que eso también lo haya “visto”, porque tampoco está en la biblia.

Entonces, “imitan” a Cristo haciendo lo que la autora dice haber visto. Pero al mismo tiempo, no hacen muchas cosas que difieran de las costumbres familiares, más bien ninguna.

 

Lo falso y lo verdadero

 

Sus hermanos, como se llamaba a los hijos de José, se ponían del lado de los rabinos. Insistían en que debían seguirse las tradiciones como si fuesen requerimientos de Dios. Hasta tenían los preceptos de los hombres en más alta estima que la Palabra de Dios, y les molestaba mucho la clara penetración de Jesús al distinguir entre lo falso y lo verdadero. Condenaban su estricta obediencia a la ley de Dios como terquedad.”

Se indignaban porque él se oponía a su palabra” (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Les molestaba que Jesús pudiera distinguir, dice. Eso significa que ellos también podían, pero lo ocultaban deliberadamente. Si no hubieran podido distinguir, no les habría molestado, simplemente no le habrían prestado más atención.

Habrían dicho: -este no sabe nada- y listo.

O sea que no querían desistir, ni aun después de darse cuenta que estaban en contra de la biblia y de Dios. O peor aún, ya de antes no querían desistir, porque vimos que ya sabían que estaban haciendo todo mal.

Eso quiere decir que la terquedad era de ellos, debe ser por eso que le atribuían la terquedad a Jesús. Es decir, mentían descaradamente. Entonces, eran tercos, cínicos y brutos. Usaban un argumento falso, sabiendo que era falso.

Además eran rencorosos, porque no les molestaba estar equivocados, sino que el otro se diera cuenta, por eso le condenaban calificándole de terco.

También dice que tenían más estima a los preceptos de los hombres, ¿sabiendo que no debía ser así? Porque estamos viendo que eran tercos y mentirosos, no que estaban equivocados.

 

Insistían en que debían seguirse las tradiciones como si fuesen requerimientos de Dios”

 

¿Eso es lo que ellos creían, o era opinión de la autora? Porque si así lo creían, entonces no se daban cuenta de todo como dijo antes, tampoco eran tercos. ¿Por qué no explica bien?

Por lo que vimos hasta ahora, no solo los rabinos, sino todos eran así, a nadie le importaba nada. Entonces seguimos sin aprender nada de todo esto, no sabemos dónde estaba la falla ni cuál era la solución.

En otros escritos, también dice más o menos lo mismo.

 

La longanimidad de Dios hacia Jerusalén no hizo sino confirmar a los judíos en su terca impenitencia.” (El conflicto de los siglos, pág. 31)

 

Era terquedad nomás. Sin embargo, le acusaban al otro de terquedad. Considerando la mentalidad obsesiva de la autora, eso es natural. Para un obsesivo todos los demás también lo son.

 

No discernían

 

Reconocían que su educación era de un carácter superior a la de ellos. Pero no discernían que tenía acceso al árbol de la vida, a una fuente de conocimientos que ellos ignoraban”. (El deseado de todas las gentes, Pág. 65)

 

Lo que el párrafo no aclara, es si Jesús les dijo que tenía acceso a ese árbol de la vida, o evitó dar esa información. Ese detalle es importante, porque si no les dijo, debe ser porque no necesitaban saber. ¿O creía la autora que Jesús no sabía lo que tenía que decir?

Sin embargo, dice que no discernían ¿y qué importancia tiene? si no lo necesitaban, otro dato que no nos sirve. Mejor hubiera explicado por qué no les dijo, o por qué los demás no tenían acceso a ese árbol.

Antes dijo que eran tercos, pero ahora resulta ser que eran ignorantes, de seguro ni siquiera sabían de la existencia de esa fuente de conocimientos.

Pero por lo menos ahora por fin encontramos una par de fallas más reales: tenían acceso restringido y conocimiento limitado.

Reconocían que la educación de Cristo era superior, pero no discernían que tenía acceso a una educación superior. Entonces también tenían discernimiento selectivo e incapacidad para deducir.

A pesar de reconocer la superioridad de Cristo, no reconocían que ellos estaban equivocados. Es decir, tenían terquedad premeditada y reconocimiento discontinuo.

 

Amable, sumiso y discreto

 

El no atacaba los preceptos ni las prácticas de los sabios maestros; pero cuando se le reprendía por sus propias costumbres sencillas presentaba la Palabra de Dios en justificación de su conducta.

De toda manera amable y sumisa, Jesús procuraba agradar a aquellos con quienes trataba. Porque era tan amable y discreto, los escribas y ancianos suponían que recibiría fácilmente la influencia de su enseñanza”. (El deseado de todas las gentes, pág. 64)

 

Lo de amable debe ser otra opinión, o tal vez era temporario, porque más adelante no fue tan amable. Lo de “manera sumisa”, era otra opinión equivocada, porque por lo que vimos hasta ahora, de sumiso no tenía nada.

Su discreción confundía a los rabinos. Eso también lo fue dejando, se nota que se dio cuenta que su misión era enseñar, no confundir. Procuraba agradar a aquellos con quienes trataba. No lo logró, tal vez por eso también lo fue dejando.

Los escribas y ancianos suponían que Jesús recibiría fácilmente la influencia, porque era amable, dice la autora en un arrebato de ingenio. Tal vez creyó que a Jesús le quedaba bien salir airoso de una conversación, después de haberles probado que Él no era lo que ellos pensaban.

Aunque lo más probable es que eso también era opinión de la autora. Un rabino confundido acerca de la identidad del otro, es el sueño cumplido para alguien con la mentalidad de la autora.

El interrogante a esta altura es ¿Para esto recibió tantas visiones, para enterarnos de todo lo que Cristo fue dejando de hacer? Y los otros también lo fueron dejando.

Antes dijo que los rabinos se avergonzaban, se indignaban porque él se oponía a su palabra, se airaban porque no obedecía sus dictados. ¿Así procuraba agradar?

También dice:

 

Durante toda su vida terrenal fue menospreciado y se lo comprendió mal”

Así sufrió él reprensión y censura” (El deseado de todas las gentes, pág. 65)

 

No durante su infancia como asegura la autora. Hacerle eso con un niño habría sido devastador.

Es decir que la autora no solamente dice cosas que no están en la biblia, sino que miente y dice barbaridades como esas. Menospreciar a un niño, o joven, que buena idea: reprensión y censura. A ver si los adventistas copian a su “modelo” y hacen eso con sus niños.

Mejor no, eso sería un crimen.

 

Entre las amarguras que caen en suerte a la humanidad, no hubo ninguna que no le tocó a Cristo”. (El deseado de todas las gentes, pág. 67)

 

Eso es mentira, Cristo no creció huérfano, nunca fue a la guerra ni fue esclavizado, discriminado, desnutrido, aislado, reprimido, abandonado, analfabeto o desamparado.

Además, no sufrió reprensión ni censura, menos aún de niño como asegura. Todas esas declaraciones tienen algo en común: -escritas, no están-.

Muy oportunamente la autora dice: “no atacaba los preceptos”, pero cuando se le reprendía, se justificaba con la palabra de Dios.

Como se nota que no tenía ni idea de lo que es crecer menospreciado. A los menospreciados se les ignora, no se les reprende. Los censurados no tienen oportunidades, menos aún para justificarse, tampoco saben cuáles son los preceptos porque ni siquiera le enseñan.

Reprensión y censura, dice. De haber sido así, no hubiera podido tener sus propias costumbres sencillas que antes mencionó. Así presentado, pareciera que Jesús era una especie de superdotado que nada le dañaba. No quedó claro qué clase de amargura puede tener alguien así.

Otra vez, pareciera que no aprendemos nada de esto. Ni siquiera se entiende para qué quería desarrollar el carácter, o cómo logró hacerlo por su cuenta estando censurado.

 

Controversia

 

Desde el tiempo en que los padres de Jesús le encontraron en el templo, su conducta fue un misterio para ellos. No quería entrar en controversia; y, sin embargo, su ejemplo era una lección constante.” (El deseado de todas las gentes, pág. 69)

 

No quería entrar en controversia. ¿De verdad a la autora le pareció importante decir eso? Cualquier persona sabe que si tiene ideas distintas a los demás, causará controversia, no importa si no la quiere.

Ya antes quería salir airoso, se disfrazaba de sumiso y luego lo refutaba. Buscaba agradar, pero no obedecía los dictados. Se mostraba influenciable, pero nada podía convencerle. Se nota que al Jesús de la autora le gustaba mucho refutar la identidad que él mismo trataba de aparentar.

Ahora, su ejemplo era una lección constante. Qué lástima que no dijo para quién era la lección, porque sus hermanos no aprendieron, los fariseos no lo aceptaban y según dice el mismo párrafo, sus padres vivían desorientados por el misterio que les representaba. Vaya lección constante.

 

Sus hermanos sentían que la influencia de él contrarrestaba fuertemente la suya. Poseía un tacto que ninguno de ellos tenía ni deseaba tener. Cuando ellos hablaban duramente a los pobres seres degradados, Jesús buscaba a estas mismas personas y les dirigía palabras de aliento”. (El deseado de todas las gentes, pág. 66)

 

Solo hay que imaginarse lo que hubiera llegado a hacer si de verdad quería causar controversia. O si no hubiese crecido censurado. La pregunta que surge es ¿para qué habrá aprendido aquella dura lección del silencio?

También había dicho que aprendió a ser tolerante, pero habría que darle un crédito a los otros también. Por más que no tuvieran razón, hay que aguantar a alguien así, que anda detrás deshaciendo lo que ellos hacían. Esa es una forma de desprecio, o incluso de persecución, pero aun así le toleraban.

Otro interrogante ¿por qué en vez de tratar de rescatar a esos pobres degradados no trataba de rescatar a sus hermanos? Porque por lo visto hacían todo mal.

Tampoco explicó por qué los otros no deseaban tener ese tacto, pero todo indica que solo lo dijo para seguir agregándoles más defectos. Al menos debería haber reconocido que no le tenían envidia. Tal vez porque pensaban que el pobre ni siquiera tenía vida propia.

 

Su respuesta era: Escrito está

 

Con frecuencia le acusaban de cobardía por negarse a participar con ellos en algún acto prohibido; pero su respuesta era: Escrito está: "El temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal la inteligencia."

sus escrúpulos los impacientaban, y le declaraban estrecho de miras. Jesús contestaba: Escrito está: "¿Con qué limpiará el joven su camino?”

Con frecuencia se le preguntaba: ¿Por qué insistes en ser tan singular, tan diferente de nosotros todos? Escrito está, decía: "Bienaventurados los perfectos de camino; los que andan en la ley de Jehová”.

Cuando le preguntaban por qué no participaba en las diversiones de la juventud de Nazaret, decía: Escrito está: "Heme gozado en el camino de tus testimonios, como sobre toda riqueza”.

(El deseado de todas las gentes, Pág. 68)

 

Repetidas veces se le preguntaba: ¿Por qué te sometes a tantos desprecios, aun de parte de tus hermanos? Escrito está, decía: "Hijo mío, no te olvides de mi ley”

(El deseado de todas las gentes, Pág. 69)

 

A esta altura no se sabe bien quien era más obsesivo, los que le preguntaban “repetidas veces”, “con frecuencia”, o Cristo con su “escrito está”.

Otra vez, es poco creíble que haya sido así. No le habrían preguntado tanto, sabiendo lo irritante que puede ser recibir siempre la misma respuesta.

Antes dijo: rara vez reprendía. Pues no parece, más bien parece que no sabía hacer otra cosa. O tal vez no lo necesitaba, porque los otros le preguntaban tanto, que Él solo tenía que contestar. Entonces no reprendía, contestaba.

También había dicho: “lección del silencio”, tampoco parece. O tal vez aprendía lento, porque vaya que hablaba.

Qué lástima que no explicó bien quiénes le preguntaban, porque “se le preguntaba” no dice mucho. El asunto está en que, no solamente le preguntaban cosas, sino que también le hacían saber lo que pensaban, incluso le invitaban a participar de sus actividades. ¿A eso le llama menospreciado?

A los menospreciados no se le preguntan cosas, a los censurados directamente no le dejan hablar. Tampoco dejan que los otros vengan a hablarle. Eso sí le habría causado amargura, no tener a nadie con quién hablar siquiera.

Antes había dicho:

 

Rehusó cada invitación al mal”

 

Los censurados y menospreciados no reciben invitaciones, doña. Al contrario, rechazan las que él propone.

Cuando un censurado habla, los otros se fastidian, o no le prestan atención. Se quedan en silencio mirando para otro lado esperando a que se vaya. O le mandan a hacer otra cosa para que no siga molestando.

O peor aún, le dejan hablar y luego hacen lo contrario a lo que él dijo, así le hacen saber que no es parte del grupo. O mucho peor, hacen lo que él dice, pero no le dejan participar fingiendo que la idea se les ocurrió a ellos.

Cada vez que un menospreciado habla, los otros escuchan atentamente, luego llaman a otros para contarles lo que dijo y así burlarse entre todos de cada palabra que dijo.

Esa sí podría ser una dura lección de silencio y tolerancia, no poder decir nada porque se le vuelve en contra.

¿Cuántas veces, contestó Cristo con un “escrito está”? según la autora: siempre. Pero no fue así según la biblia. Solamente era así en las visiones de la autora, que las recibió quién sabe de dónde.

¿Qué pasaría si las otras doctrinas cristianas implementaran el “escrito está”, como arma defensiva? lo cual ni siquiera hay que suponer mucho, porque por lo general lo hacen.

Los adventistas ya no tendrían ninguna posibilidad de hacerles desistir de cualquier error o engaño o mala interpretación a nadie. O mejor dicho, por eso no pueden.

Claro, que para un adventista eso es fácil de responder: -que lo hagan-, dirán. -a ver si pueden-. Claro que pueden, por ejemplo: Responder con un “escrito está”, es algo que no está autorizado en la biblia. Ninguna de esas visiones que recibió la autora sobre Cristo está en la biblia, ni coinciden siquiera.

Los siguientes son solo algunos ejemplos de elementos que tiene la doctrina de la autora que no tienen sustento bíblico. O podríamos decir: no están autorizadas en la biblia.

 

Simbolizan

 

Al recibir el pan y el vino que simbolizan el cuerpo quebrantado de Cristo y su sangre derramada, nos unimos imaginariamente a la escena de comunión del aposento alto” (El deseado de todas las gentes, pág. 616)

En el primer banquete al cual asistió con sus discípulos, Jesús les dio la copa que
simbolizaba su obra en favor de su salvación. En la última cena se la volvió a dar”
(El deseado de todas las gentes, pág. 123)

No discernían el cuerpo del Señor. La misma verdad que estaba simbolizada en la ceremonia pascual, estaba enseñada en las palabras de Cristo”. (El deseado de todas las gentes, pág. 353)

 

Sin embargo, la biblia dice:

 

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: tomad, comed; esto es mi cuerpo”. (S. Mateo 26: 26)

 

La autora dice: “simboliza”.

La biblia dice: “es”.

 

Si Dios no hubiese intervenido

 

(El ser humano) “Fue hecho cautivo por Satanás, y hubiera permanecido así para siempre si Dios no hubiese intervenido de una manera especial”. (El camino a Cristo Pág. 13)

 

Si bien llama un poco la atención la idea de un Dios que no interviene, lo que más llama la atención es que, para la autora, la idea del ser humano y Dios separados, es algo posible y hasta aceptable, incluso para Dios.

 

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” (S. Juan 3: 16)

 

Para suponer que no hubiese intervenido, también habrá que suponer que podría no haber amado. Sin embargo, para afirmar que podría haber quedado así “para siempre”, habrá que creer en esa separación, ya no solo suponerla.

Creer en la separación entre Dios y las personas, es el logro más antiguo y constante de Satanás.

 

hubiera permanecido así para siempre”: -escrito no está-.

si Dios no hubiese intervenido”: -escrito no está-.

 

Constantemente sustentada

 

La divinidad de Cristo debe ser constantemente sustentada. Cuando el Salvador preguntó a sus discípulos: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Mat. 16:15-16). Dijo Cristo "sobre esta roca", no sobre Pedro, sino sobre el Hijo de Dios, "edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella" (Alza tus ojos, pág. 56)

 

Este es un claro ejemplo de cómo la autora mezcla párrafos bíblicos con sus dichos, como si lo estuvieran apoyando directamente. También agrega palabras a un párrafo bíblico sin ningún problema.

La divinidad de Cristo estaba siendo sustentada por Pedro ¿Por qué, porque ella lo dice?

Después dice: “no sobre Pedro”. Al parecer también era dueña de la verdad. No, era la “luz menor”, que nos dice todo lo que la biblia se olvidó de aclarar.

También dice:

 

Mientras estuvo en la tierra, a veces la divinidad fulguraba a través de la humanidad y se revelaba su verdadero carácter” (A fin de conocerle, pág. 60).

 

La divinidad de Cristo debe ser constantemente sustentada”: -escrito no está-

Se revelaba su verdadero carácter”: -escrito no está-.

la divinidad fulguraba a través de la humanidad”: -escrito no está-

 

La escalera

 

El señor no desea que siempre seamos novicios. Desea que alcancen la cima de la excelencia. Desea que alcancen el más alto peldaño de la escalera, para que desde allí puedan trasladarse de un paso al reino de Dios”. (Mensajes para los jóvenes, pág. 162)

 

Lo que la autora no explicó, es qué pasa si alguien no cumple el deseo del Señor de llegar a la excelencia. No hacer lo que el Señor quiere debe ser algo grave, habrá que suponer que no pertenecerá al reino de Dios y por eso no irá al cielo. Eso sumado a que el reino de Dios está un paso más allá de la cima de esa escalera, está claro que de no hacerlo así, no podrá entrar al reino.

Debería haberlo dicho así, para que quede claro: los que no lleguen a la excelencia, no irán al cielo. Claro, suena mal, debe ser por eso que le pareció mejor decir:

 

El señor no desea que siempre seamos novicios”.

Desea que alcancen la cima de la excelencia”

 

Dios desea”, es un dicho muy reiterado en los escritos de la autora. Debe haber uno en cada página de sus libros Sin embargo, lo que sea que haya dicho sobre lo que Dios desea o no desea:

-Escrito no está-.

 

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